La entidad elevó en diciembre del 2009 la calificación de la deuda peruana en moneda extranjera a Baa3, el primer escalón en el grupo de grado de inversión, desde Ba1.
Lima, Andina. La agencia calificadora de riesgo crediticio Moody´s Investors Service evaluaría en el segundo semestre del 2012 la calificación crediticia de Perú lo que podría implicar la mejora de la misma que actualmente tiene grado de inversión.
En el futuro, la probabilidad de mejoras adicionales de la calificación crediticia es limitada en la medida que varios países de Latinoamérica ya se encuentran en el grupo de grado de inversión y otros se han colocado más alto dentro del grupo Ba - B (grado especulativo) por debajo del grupo de grado de inversión, indicó Moody´s.
"Por ahora, esperamos que las perspectivas positivas asignadas a Bolivia, Brasil, Panamá y Perú sigan sin variación, con una decisión más definitiva que se anticipa para la segunda parte del 2012 en la mayoría de los casos", señala el informe Perspectivas Crediticias para el 2012 de las Corporaciones de América Latina.
Moody´s elevó en diciembre del 2009 la calificación de la deuda peruana en moneda extranjera a Baa3, el primer escalón en el grupo de grado de inversión, desde Ba1, y en marzo pasado asignó al país una perspectiva positiva al considerar que sus fundamentos están dentro de los más sólidos de la región.
Según el informe publicado hoy, elaborado por los analistas Mauro Leos y Gabriel Torres, las calificaciones crediticias de América Latina continuaron subiendo durante el año 2011 con tres países que las mejoraron (Brasil, Colombia y Ecuador) y dos más cuyas perspectivas cambiaron a positivo (Perú y Panamá).
Esta evolución al alza después de las mejoras anteriores en los 2009 y 2010 refleja la robusta situación fiscal de la región y el fuerte desempeño financiero respecto a sus pares globales, explicó.
Señaló también que la región mantiene una mayor capacidad para manejar los choques externos, por los altos niveles de reservas internacionales, tipos de cambio flexibles y sistemas bancarios sólidos, todos los cuales deberían limitar el impacto de las adversas condiciones financieras globales.
La mejora de las estructuras de deuda pública también han desempeñado un papel importante ya que los gobiernos de América Latina se han estado financiando cada vez más en los mercados locales, en sus propias monedas y en plazos más largos, con lo que las condiciones han conducido a la reducción de riesgos de la deuda soberana.