El vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche, considera que el Decreto de Urgencia N° 005-2018 permitirá que haya mayor espacio para la inversión, mediante la reducción de gasto ineficiente.
Lima. La reducción del gasto público ejecutado por el Gobierno del presidente Martín Vizcarra revela compromiso con la prudencia fiscal, sostuvo este lunes el vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche.
En entrevista con el Diario Oficial El Peruano, Jaime Reusche considera que el Decreto de Urgencia N° 005-2018 busca que haya mayor espacio para la inversión, mediante la reducción de gasto ineficiente.
- ¿Cuál es la posición del Moody’s respecto al D. U. 005-2018, que busca reducir el gasto público hasta en 969 millones de soles (US$295 millones)?
La medida es prudente, y la señal que envía es de búsqueda de liberar recursos para el gasto de inversión, mediante la reducción de gasto ineficiente. La implementación de este decreto de urgencia no será fácil, aplicar medidas de austeridad de manera indiscriminada también podría afectar de manera negativa la operatividad del Estado, por lo que tendrá que hacerse con mesura.
El mensaje que brinda esta disposición legal es lo que esperamos de las autoridades económicas del Perú. Es una muestra del compromiso que se tiene con la prudencia fiscal, elemento fundamental, que es uno de los principales responsables de que el Perú sea el único país de la región que no ha visto una reducción en su calificación o su perspectiva (que se mantienen en ‘A3 estable’).
- ¿Qué otro impacto tendrá?
Las políticas fiscales proactivas como ésta, que busca atenuar el efecto de los menores ingresos debido a la desaceleración económica, se han vuelto parte del ADN de las autoridades fiscales peruanas, por lo que tienen un elevado nivel de credibilidad.
- ¿Cuál es la tendencia mundial sobre gravar impuestos a las bebidas azucaradas?
Los cambios que se buscan al Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) vienen en buen momento, no solo porque se buscan nuevos ingresos, sino también porque ese tipo de impuesto también debe de considerar externalidades negativas. En ese sentido, estamos viendo que la mayoría de los países desarrollados tienen impuestos especiales a las bebidas azucaradas, debido a que dañan la salud pública y eso ocasiona mayores gastos en el sector salud.
- El pedido de facultades legislativas comprende una reforma tributaria, ¿es suficiente?
Nos ha sorprendido positivamente que el Congreso esté dispuesto a considerar las facultades, es una gran señal de madurez política después de una crisis política que pudo causar un desastre económico y fiscal.
Si se otorgan las facultades, sería sumamente positivo para generar confianza en la economía de que se superó la crisis política y que hay una mayor disposición de trabajar conjuntamente por el bien del país. Lo que se busca con las facultades en materia fiscal es prudente. Tendremos que ver cómo se diseñan las leyes y qué tan efectivas son, pero que se busque atenuar la caída de los ingresos tributarios lo antes posible es saludable.
- ¿Cuánto podría impactar en recaudación y presión tributaria?
El plazo para diseñar las leyes es bastante acotado, bueno fuese que el Congreso otorgara un plazo mayor, de tal manera que haya mayor probabilidad de que las medidas puedan adoptarse con calma y contundencia. Pero es en las exoneraciones y la racionalización de otros beneficios tributarios donde hay campo para aumentar la recaudación en 0,7% del Producto Bruto Interno (PBI), en corto tiempo.
En las modificaciones al Impuesto General a las Ventas (IGV) y al Impuesto a la Renta se debe hilar muy fino, porque desde el 2014 se hacen cambios a la política tributaria, en algunos casos adoptando medidas y, luego, quitándolas.
Lo fundamental también será convencer al Congreso de la importancia de las medidas que se adopten, porque si en unos meses el Congreso luego adopta medidas contraproducentes, volveremos a la dinámica anterior donde no se avanza, sino que se tiene al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tratando de hacer malabarismos para manejar el ciclo económico, las presiones de gasto, la caída de ingresos, implementar las medidas del Gobierno y, luego, mitigar los costos que generan las medidas que adopte el Congreso.
Seguiremos muy de cerca el tema, ya que esto será determinante para la trayectoria fiscal, donde se debe empezar a dar un proceso de consolidación (reducción del déficit) hacia finales de año.