La diferencia de remuneración entre ambos géneros se hizo palpable también en las entidades sin fines de lucro, con un salario medio para éstas del 75,2% en comparación con la remuneración de los hombres en 2010.

Río de Janeiro. Brasil creó más de 118.000 fundaciones privadas y asociaciones sin fines de lucro en la última década, con una fuerte predominancia femenina, aunque peor remuneradas que los hombres, informó el Gobierno brasileño.

Del total de las asociaciones solidarias que nacieron en la última década, un 49% están relacionadas en su mayoría con la defensa de derechos y del ciudadano, dijo el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), junto con el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA).

El estudio analizó, por primera vez, las informaciones relativas al género y a la profesionalización del sector, y reveló que 62,9% de mujeres ocuparon los cargos asalariados, porcentaje superior al 42,1% observado en el sondeo del Censo Central de Empresas (Cempre).

La fuerte presencia femenina ocurrió en todas las regiones del país, y fue notable particularmente en las áreas de salud (73,5% de mujeres), y en asistencia social (71,7%).

Por su parte, los hombres fueron más numerosos en entidades relacionadas con el deporte (66,8%).

Sin embargo, la diferencia de remuneración de mujeres y hombres se hizo palpable también en las entidades sin fines de lucro, con un salario medio para éstas del 75,2% en comparación con la remuneración de los hombres en 2010.

Este comportamiento es semejante al conjunto de profesiones del país e identificado por Cempre, cuya remuneración de las mujeres fue del 80% en comparación de la media salarial que recibieron los hombres en el mismo período.

El informe también reflejó que una cuarta parte del total de las nuevas entidades se ubican en el Noreste de Brasil, lo que demuestra el fortalecimiento de la sociedad civil en la región con los peores niveles de pobreza del país.

Por naturaleza, de las entidades creadas entre 2001 y 2010, un 30% fueron de desarrollo, defensa de derechos y asociaciones patronales y profesionales, y un 27% religiosas.

La baja profesionalización en las entidades también salió a la luz en la publicación, ya que un 75% de las asociaciones no poseían ni un empleado formalizado, debido al trabajo voluntario y a la prestación de servicios autónomos.