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Mundos independientes: ¿Qué hay detrás de la guerra cambiaria entre el dólar y el renminbi?
Sábado, Octubre 23, 2010 - 21:42

Ante la posibilidad de una guerra cambiaria a nivel internacional, los países occidentales miran cada vez con mayor recelo las políticas cambiarias de China. En EE.UU., políticos y reguladores dicen que dichas tácticas socavan todo esfuerzo por fomentar las exportaciones.

Knowledge@Wharton: El problema de la divisa china es una de las primeras cosas en que Demócratas y Republicanos parecen estar de acuerdo. Tengo curiosidad por saber si usted cree que China está manipulando su divisa.

Franklin Allen: Creo que "manipulación" es una palabra emotiva. Están haciendo lo que muchos países han hecho a lo largo de gran parte de su historia, que es fijar el tipo de cambio con respecto a otra divisa. Durante la mayoría del periodo de Bretton Woods todos los países lo hicieron. Es lo que los europeos están haciendo en grado extremo con el euro. Pero no es muy diferente del mecanismo de tipo de cambios que existía antes de la adopción del euro. Y no es muy diferente de lo que tienen que hacer aquellos países que deseen incorporarse a la zona euro antes de entrar y fijar su tipo de cambio. Así, creo que “manipulación” no es la palabra adecuada. Eso sí, no pueden negar que están fijando su tipo de cambio.

Knowledge@Wharton: Deduzco que el objetivo es mantener débil la moneda china en relación con el dólar. ¿Cierto? ¿Para qué se hace esto? ¿Cuáles son los beneficios?

Allen: Es una cuestión compleja. En un principio, el motivo es el mismo por el que los europeos adoptaron el euro. Si quieres exportar es bueno tener un tipo de cambio fijo. En su momento China pensó que esto era algo beneficioso para el país. Ahora creo que la situación es diferente. Al principio consiguieron enormes superávit comerciales. No disponían de grandes reservas. Pero lo que ha ocurrido con el paso del tiempo, en particular después de la crisis asiática, es que muchos países han acumulado grandes reservas. Los chinos no son los únicos. Si echas un vistazo a países de menor tamaño, como Corea del Sur, también han acumulado grandes reservas. 

Son varios los motivos. Parte se ha debido al modo en que el FMI trató a los países asiáticos en la crisis asiática de 1997, que condujo a que estos países creyesen que, dado que la estructura gubernamental está dominada por europeos y americanos, los países asiáticos no disponen de las mismas oportunidades. “Es uno de los grandes motivos de las reservas. Además, con el tiempo los chinos se han dado cuenta que las reservas les conceden poder político en relación con Estados Unidos. Así, cuando el Presidente Obama visita China debe mantener las formas. No hace muchas menciones a temas relacionados con los derechos humanos y demás porque les debemos US$2,5 billones.

El otro motivo, que ha dado mucho juego a la prensa, es que manteniendo bajo el tipo de cambio los chinos están facilitando la tarea a sus exportadores. Hay algo de verdad en ello. Pero creo que es mucho más complicado que como se suele explicar.

Knowledge@Wharton: ¿Podría explicarnos algunos de esos "factores más complicados" que normalmente no se tienen en cuenta?

Allen: Creo que cuando Estados Unidos o Europa dice "lo que debes hacer es dejar que fluctúe", no sabemos cuál sería el tipo de cambio a corto plazo; ni a medio o largo plazo. Es cierto que en estos momentos tenemos déficit por cuenta corriente y que lo tenemos desde hace varios años. Pero también tenemos la cuenta de capital. Y así como creo que hay mucho dinero esperando a entrar en China, porque la gente percibe que el renminbi (RMB) es una divisa fuerte, también creo que lo contrario es cierto. Hay mucho dinero que está deseando salir de China.

En primer lugar, los chinos no tienen muchos instrumentos en los que invertir. Y si pudiesen sacar fuera su dinero les brindaría muchas más oportunidades de inversión. Además están los motivos políticos, esto es, si quieres evitar riesgos, si crees que en el futuro va a haber demasiados problemas en China, también querrás sacar tu dinero fuera. A corto plazo no está claro cuál será la tendencia dominante. Dadas las diferencias existentes entre las tasas de inflación, a medio y largo plazo tampoco está claro.

Así, el tema es mucho más complejo que como se suele describir. Mi opinión personal es que, probablemente, en el largo plazo el RMB se fortalecerá y será una buena inversión a largo plazo.

Knowledge@Wharton: Si la visión occidental de la realidad es a menudo demasiado simplificada, tengo curiosidad por saber si el punto de vista chino también lo es. 

Allen: Bueno, si adoptas un punto de vista de largo plazo, el problema es que ambos países están en el lado equivocado. Porque lo que China está básicamente haciendo es darnos bienes, cosas reales, a cambio de trozos de papel. En otras palabras, dólares. Nosotros conseguimos consumir cosas. Ellos están consiguiendo trozos de papel cuyo valor es muy incierto en el largo plazo. Incluso si crees que habrá una revaluación del 20%, como sus reservas se sitúan en estos momentos en casi el 50% o más de su PIB, con una apreciación del 20% del RMB van a perder casi un 10% del PIB. Es una pérdida enorme para ellos. Es más o menos lo que comercian en un año. La contribución neta del comercio al PIB es del 10%.

Así, se tiene la sensación de que están corriendo un riesgo enorme. Pero también se tiene la sensación de que, cuando decimos "debes dejar que tu moneda fluctúe", lo que estamos haciendo en el fondo es ir en contra de los intereses de nuestros consumidores. La gente siempre habla sobre los puestos de trabajo y la necesidad de "salvarlos". Pero se trata de intereses a corto plazo en comparación con los intereses a largo plazo: el suministro de bienes a bajo precio a cambio de dólares.


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Knowledge@Wharton: Los mecanismos para influir en los tipos de cambio son más complejos que simplemente decir "Este es el tipo de cambio que queremos que sea". ¿Podría brevemente explicarnos cómo se hace? ¿Comprando letras del Tesoro Estadounidense?

Allen: Básicamente compran letras y bonos del Tesoro Estadounidense. Lo que ocurre es que bien hay un superávit por cuenta corriente o entran dólares en China. El Banco Central consigue así dólares y ofrecen a, por ejemplo los exportadores, un tipo de cambio frente al RMB. Luego los esterilizan, lo cual significa que aumentan las reservas bancarias o venden bonos del gobierno, y así en China no hay inflación.

El resultado final de todo esto es que acaban con muchas reservas extranjeras. Y tienen deuda compensada. Pero en el largo plazo, tal y como ya he mencionado, esto no es bueno para China. Es muy arriesgado. Las cosas deben cambiar. Tienen que acabar con este proceso y adoptar un sistema en que el RMB sea divisa de reserva. Necesitamos que el RMB sea como el euro o el dólar; que los chinos se comporten del mismo modo que estadounidenses y europeos. No necesitan reservas si tienen una divisa de reserva. Esto haría las cosas mucho más fáciles y se evitarían todos estos problemas de los que hemos estado hablando.

Knowledge@Wharton: Este proceso que ha descrito, al final el resultado es que afecta al equilibrio entre la oferta y la demanda de dólares. Y eso afecta al tipo de cambio.

Allen: Así es. Exacto.

Knowledge@Wharton: Vale. Ésta es una de esas cuestiones que surgen; de las que oyes hablar; que son noticia. Incluso podría celebrarse alguna reunión, o algún burócrata estadounidense pronunciar un discurso, y todos estaríamos nerviosos durante algún tiempo. Y luego desaparecería. Y luego reaparecería. ¿Cuál es realmente la importancia de este tema?

Allen: Creo que el tema de los tipos de cambio por sí mismo no es muy importante, al menos en el medio plazo. Pero en el largo plazo es crucial que pase a ser una divisa de reserva. Ahora el problema ha empezado a ser político. Americanos y europeos demandando que los chinos cambien sus políticas no es el buen camino. El gobierno chino no lo hará simplemente porque se lo estemos pidiendo. Creo que se dan cuenta de que a largo plazo el RMB debería ser una divisa de reserva. Están adoptando múltiples medidas en esa dirección. Por ejemplo, están permitiendo emisiones en RMBs en Hong Kong, en corporaciones extranjeras como por ejemplo McDonalds. Son decisiones para que el RMB se convierta en divisa internacional.

Lo que aún falta es tener una cuenta por capital abierta y un tipo de cambio completamente flexible. Los chinos saben que deberían hacerlo, pero cuanto más se lo decimos, menor es la probabilidad de que lo hagan. Un buen ejemplo de que detestan que les digan qué hacer fue el caso de la disputa fronteriza en el Mar de China, en particular con Japón. Y el hecho de fuesen tan estrictos cancelando la visita de 1.000 jóvenes a Shanghai para la Expo… muestra que están dispuestos a ser agresivos en este tipo de temas. Creo que si los presionamos no lo conseguiremos.

Nuestra posición es básicamente la débil porque somos los que les debemos US$2,5 billones. Si empiezan a vender y a cambiar dólares en euros o en cualquier otra divisa, nuestra posición es muy vulnerable.

Knowledge@Wharton: A nadie le gusta sentirse presionado.

Allen: Estoy de acuerdo. Durante los últimos 150 años occidente ha estado presionando a China. Es algo que tienen muy presente.

Knowledge@Wharton: En Occidente a veces me pregunto si echar la culpa a China por los problemas es simplemente un modo muy conveniente de no admitir que somos los que estamos causando nuestros propios problemas. ¿Hay algo de esto en el tema de los tipos de cambio?

Allen: Sí, así lo creo. Creo que no ahorramos suficiente. Confiamos demasiado en la emisión de dólares y en pedir prestado. Este es un problema de largo plazo. Debemos empezar a parecernos más a los alemanes y tener una mayor responsabilidad fiscal. Entonces los problemas afortunadamente desaparecerán. No creo que estemos haciendo nuestra parte. Seguimos insistiendo en que los chinos hagan la suya. Pero creo que ahora hemos adoptado una posición muy mala.

Knowledge@Wharton: ¿Cree que esto podría convertirse en una Guerra comercial o una era proteccionista que perjudicaría a todo el mundo?

Allen: Creo que es muy probable que entremos en una situación, no de guerras comerciales… creo que la OMC es suficientemente fuerte; aunque no progresaremos, tampoco daremos pasos hacia atrás. Pero creo que es muy probable que los gobiernos empiecen a intervenir, tal y como ya se ha hecho en Japón y otros muchos países asiáticos. No es una buena noticia. Ya estamos imprimiendo demasiado dinero. Lo último que necesitamos es que estos países asiáticos también impriman dinero para mantener débiles sus divisas.

Knowledge@Wharton: Si tuviese que decir "esta es la organización o el país o el presidente del gobierno" o lo que sea, "que podría hacer algo para desbloquear esta situación"…. ¿a quién o qué señalaría?

Allen: Creo que los americanos y los europeos deberían retirarse. La gente que puede resolverlo, a largo plazo, es la próxima generación de líderes chinos. Cuando se nombren al nuevo presidente y al nuevo primer ministro, espero que intenten resolver este problema, se den cuenta que tener el RMB como divisa de reserva es algo muy importante a largo plazo para China, y que acaben con estos controles cambiarios y le permitan fluctuar. Pero desafortunadamente aún nos encontramos muy lejos de ese momento.


Knowledge@Wharton: Bienvenido profesor Guillén.

Mauro Guillen: Gracias.

Knowledge@Wharton: ¿Es cierto que la política cambiaria de China está costando muchos puestos de trabajo estadounidenses?

Guillen: Es cierto. Pero al mismo tiempo no es muy preciso. Es cierto … porque se vuelve más complicado para las empresas estadounidenses vender en China, si el consumo doméstico en China no despega. Y uno de los motivos por el que no está despegando es que la moneda está infravalorada, ¿no? … Pero tampoco podemos olvidar que la debilidad china, en términos de su divisa, también está afectando la competitividad de las exportaciones estadounidenses en otros mercados, como Japón. Me sorprendió leer el otro día un artículo, un artículo muy bien hecho en un periódico económico, mostrando que una coincidencia entre las exportaciones estadounidenses y las chinas a Japón, que son exactamente el 87%, lo cual es increíble. Esto significa que los productores estadounidenses y chinos están compitiendo entre ellos en otros mercados, como por ejemplo Japón.

Creo que es verdad. Pero una vez dicho esto, también creo que no es verdad. Ambos países pueden beneficiarse de un intercambio económico global. China y Estados Unidos realmente no compiten el uno contra el otro. Las empresas estadounidenses y chinas compiten. Las empresas compiten. Ambos países pueden ganar. Creo que el debate ahora mismo debería centrarse en cómo pueden Estados Unidos y China beneficiarse de la economía global.

Knowledge@Wharton: Ha habido tanto revuelo alrededor del tema que tengo curiosidad por saber si los países están criticando a China … porque tienen una queja legítima o simplemente porque resulta relativamente sencillo señalar con el dedo a China y decir a los ciudadanos que es China la que está causando los problemas.

Guillen: No podría estar más de acuerdo. Es muy cómodo pedir a otro que revalúe su divisa. Porque eso hace que automáticamente –en 24 horas-, tus productos y servicios sean más competitivos en la economía global. Resulta muy cómodo. No obstante, desafortunadamente la divisa china no está realmente en los mercados. No sabemos realmente cuál sería su valor. Pero creo que existe un amplio consenso en que su valor debería ser mayor del que tiene en la actualidad.

Pero déjeme añadir que lo que realmente complica las cosas es que hay mucha incertidumbre en cuanto a la relación futura entre el dólar y el euro, porque… hay enormes déficit aquí en Estados Unidos. Hay problemas, problemas políticos en Europa. Aún es un interrogante si los países europeos que pertenecen a la Unión Económica y Monetaria conseguirán seguir teniendo una moneda común o no. También puedo comprender el punto de vista de China. Los chinos no quieren tomar decisiones cuando hay tanta incertidumbre respecto a la relación entre las otras dos importantes divisas del mundo. Porque podrían cometer un error si deciden revaluar, por ejemplo en relación con el dólar. Eso también afectaría al modo en que China se relaciona con la zona euro.

Dada la enorme incertidumbre existente en este momento, creo que no es el momento adecuado para que China modifique su tipo de cambio.

Knowledge@Wharton: Suena un poco como el problema clásico del huevo y la gallina. ¿Qué tendrá que pasar para que las cosas cambien y encontrar una solución con la que todos podamos vivir?

Guillen: Bueno, una opción es intentar, de nuevo, una organización coordinada, como en 1985 con el Plus Accord. En aquél momento, China no pertenecía al G7; no era una potencia económica por aquél entonces. El G7 se reunió y decidieron intervenir en los mercados para… que el valor del dólar fuese cayendo muy, muy despacio… Y su valor cayó un 30-40% en dieciocho meses. Y era necesario porque Estados Unidos tenía, de nuevo, enormes déficits y problemas con su competitividad. Y eso contribuyó a que todo el mundo superase los muchos problemas que estaban acosando a la economía global en aquella época.

En la actualidad, creo que el mejor escenario no sería el G7, sino el G7 más China… tal vez también la India y Rusia. Pero sobre todo China. Deben reunirse. Deben acordar poner en marcha alguna acción coordinada. Y ahora mismo creo que los cuatro principales países –porque esas son las cuatro grandes divisas en el mundo-, son Estados Unidos con el dólar, los chinos con el renminbi, Japón con el yen y los europeos con el euro.

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Knowledge@Wharton: ¿Qué incentivos tiene China para convencer al resto del mundo?

Guillen: Bueno, a corto plazo realmente no tienen incentivos porque le gobierno chino necesita que la economía siga creciendo. Y la economía china crece gracias a las exportaciones. No tienen incentivo alguno para revaluar su divisa porque eso perjudicaría a sus exportaciones. A medio plazo -tres a cuatro años- o a largo plazo –diez a quince años-, a China le convendría hacerlo. ¿Por qué? Porque China cada vez es más rica, y a medida que China es más rica cabría esperar –que es lo que ocurrió en otros países-, que las exportaciones dejen de ser el motor del crecimiento económico. Y el mercado doméstico empiece a ganar relevancia. Tal y como ocurrió en Estados Unidos o en Alemania hace años.

Knowledge@Wharton: Se trata de desarrollar una economía que dependa más del consumo.

Guillen: Todos los mercados de consumo. Pero en el caso de China, existe otra complicación, que es que no toda la población china está disfrutando de los frutos del crecimiento económico. Ahora hay 300 millones de personas que son clase media, y algunas son realmente ricas. Y luego hay 600-700 millones de personas en zonas rurales que aún están viviendo en la pobreza. El enfoque chino ante el problema es necesariamente complejo porque se están enfrentando a un problema muy complicado. Y para ellos el horizonte temporal es muy importante. Este es el motivo por el que digo que a corto plazo –tal vez la próxima semana o dentro de dos semanas-, no tiene sentido que los chinos cedan ante las presiones. Digamos que dentro de tres, cinco, diez años China tiene que desarrollar su mercado doméstico y tiene que moverse en la dirección que le están reclamando Estados Unidos y Europa.

Knowledge@Wharton: Ahora, en lugar del G7, hablamos del G20 y de su reunión de noviembre. ¿Espera que se consiga algún progreso?

Guillen: Bueno, eso espero. Pero soy pesimista. Creo que el G20 es… tal y como su propio nombre indica, demasiado grande. Es muy difícil conseguir el acuerdo de 20. El G7 ya era bastante grande. Simplemente imagina el G20. Tal y como mencionaba antes, creo que los principales actores son Estados Unidos, China, Japón y la zona euro. Y siempre y cuando estos cuatro lleguen a algún acuerdo, entonces creo que las cosas irán por buen camino. Pero ese acuerdo aún no es realidad.
Knowledge@Wharton: ¿Están Estados Unidos, Japón y los países de la zona euro de acuerdo en todo esto? ¿O también existen divisiones internas?

Guillen: No, hay divisiones. Y creo que lo que ocurrió hace unas semanas con la intervención de Japón para intentar frenar la apreciación del yen demuestra que en ausencia de algún tipo de acuerdo a cuatro bandas; entonces cada uno de estos países –Estados Unidos, China, Japón y la Unión Económica y Monetaria-, intentarán hacerlo a su modo y defender sus propios intereses. Y obviamente eso va en detrimento del crecimiento económico global. Recordemos que el problema con la situación presente es que estamos saliendo de una crisis económica. Y los desequilibrios que condujeron a la crisis en un principio, con grandes déficits en algunas partes del mundo y enormes superávits en otros, aún no han sido resueltos. Así, seguimos teniendo ese problema estructural. Y políticamente va a ser complicado. Porque de nuevo… al menos hasta el momento nadie quiere ceder a cambio de un acuerdo; existe demasiada incertidumbre en relación a cuándo empezará la economía global a crecer consistentemente. Tanto en Estados Unidos como en Europa hay un enorme desempleo. Políticamente es mucho lo que está en juego. Forma parte del problema.

Knowledge@Wharton: Esta situación ¿está ralentizando la salida de la crisis?

Guillen: Creo que sí. También creo que está incrementando la posibilidad de que se produzca otro problema más adelante. Necesitamos corregir los desequilibrios en la economía global. Debemos encontrar el modo de que los chinos se sientan más cómodos con su nuevo papel en los asuntos económicos globales. Y debemos ayudarles a hacer la transición, el paso de un país en desarrollo y pobre a ser una de las economías líderes en el mundo, con un vibrante mercado doméstico basado en el consumo de la clase media.

Knowledge@Wharton: Resumiendo, usted no es optimista; no cree que se vayan a producir cambios inminentes. Pero en el futuro a los propios chinos les interesará tener al resto de países a su lado.

Guillen: Sí. Simplemente no creo que en estos momentos, dada la incertidumbre de los mercados, vaya a ser fácil para estas cuatro grandes economías del mundo llegar a un acuerdo. Pero quiero pensar que en dos o tres años será más fácil. Estoy preparado para que nuestros líderes políticos nos sorprendan.

Autores

Universia Knowledge Wharton