Oliver Hart y Bengt Holmström ganaron el Nobel de Economía 2016 por demostrar que premiar a los directivos y trabajadores por sus buenos resultados mejora la eficiencia dentro de las compañías.
La teoría en torno a la elaboración de contratos y sus diversos efectos, sobre todo en el tema laboral dentro de las empresas, les dio a Oliver Hart y Bengt Holmström el Premio Nobel de Economía 2016. Aunque las investigaciones de estos economistas son principalmente teóricas, sus aplicaciones son del día a día en el mundo, van desde el sector asegurador y de políticas públicas hasta el incentivo al trabajador. (Vea Nobel de economía a dos teóricos del contrato)
Por ejemplo, indican que una compañía de seguros no debe pactar el 100 % del pago de la casa en caso de incendio, sino tan sólo una fracción, pues de lo contrarios las personas nunca tomarían precauciones contra las calamidades. También dicen que los suministradores de servicios públicos, como escuelas u hospitales, no siempre deben ser públicos o privados, sino que se debe estudiar con cuidado en qué caso se tiene mayor beneficio. Las investigaciones de Hart llevaron a que el gobierno estadounidense dejara de privatizar las prisiones.
Sin embargo, tal vez la investigación por la que son más reconocidos estos dos académicos es la que concluye que una de las mejores formas de mantener a un gerente o directivo trabajando en pro de la compañía, y sin necesidad de una alta supervisión por parte del dueño, es darles comisiones sobre las ganancias que logren durante su gestión. Es decir, sus ingresos dependen de sus resultados.
Para Andrés Álvarez, profesor de economía de la Universidad de los Andes, “este era un premio esperado. Desde los 70 la teoría económica se dio cuenta de que las transacciones no funcionan tan fácil como una compra y venta, sino que existen problemas en estas operaciones porque las partes involucradas no se conocen por completo: si es buen trabajador o no. Precisamente esta es la contribución de Hart y Holmström, quienes determinan por medio de la teoría de contratos mecanismos que reducen el riesgo por la asimetría de información. De esta manera, un empleador se asegura que el gerente que designó se esforzará para dar buenos resultados. También se puede aplicar a trabajadores rasos. Se trata de una estrategia muy útil para esos empleos en los que es difícil medir los resultados”.
El Espectador habló con Carlos Arturo Calle, gerente general de la empresa de ropa masculina Arturo Calle, quien manifestó que “implementamos políticas de incentivos económicos tanto en los directivos como en los empleados de menor nivel. Nos hemos dado cuenta de que esta estrategia nos ayuda a mejorar la eficiencia de la compañía y también notamos un aumento en el compromiso de nuestros trabajadores. Entre más les damos, más recibimos de ellos”.
El Nobel de Economía fue concedido el año pasado a Angus Deaton por sus aportes empíricos de los patrones del consumo, la pobreza y el bienestar. Por esta razón, Álvarez destaca que “este año se le dio el premio a la teoría. Por fin volvieron a destacar los aportes académicos. Aunque sonaba que el galardonado iba a ser un investigador del mundo de las finanzas, esto hubiera mandado un mal mensaje dado que la crisis económica todavía no desaparece. Además, los nobeles financieros tienden a generar problemas políticos, pues se tiende a reabrir el debate entre los que están a favor de la regulación”.
La teoría de contratos por la que se premia en esta oportunidad a estos dos economistas se utiliza todos los días en la economía mundial. Las aseguradoras lo hacen a diario para construir pólizas que se adapten a cada sector y persona, y las bonificaciones a los directivos se encuentran en la mayoría de las multinacionales. “Tratamos de pensar en todas las partes involucradas, para que de esta manera un contrato sea una situación en la que ganen todos”, comentó Holmström tras recibir el reconocimiento.