Según un sondeo de Reuters, la inflación terminará el año en un 3,66%, superior a la proyección de 3,50% que arrojó la encuesta del mes pasado, mientras que las expectativas para el próximo año apenas aumentaron tres décimas a 3,33%.
Bogotá. Las expectativas de inflación en Colombia para este año aumentaron debido principalmente a las alzas de los precios de los alimentos, a lo que se sumó un nuevo ingrediente: la depreciación de la moneda que cotiza a mínimos históricos, reveló este jueves un sondeo de Reuters.
Según la consulta, la inflación terminará el año en un 3,66%, superior a la proyección de 3,50% que arrojó la encuesta del mes pasado, mientras que las expectativas para el próximo año apenas aumentaron tres décimas a 3,33%. Las proyecciones se alejaron más de la meta que estableció el Banco Central de 3%.
Los nuevos números están sustentados en choques transitorios sobre los precios de los alimentos y de productos regulados, además del impacto que está comenzando a tener la debilidad del peso contra el dólar, que acumula una depreciación de 17,2% en los últimos 12 meses.
"La intensidad y persistencia de los choques de oferta indican que la inflación cerraría este año en 3,75% (frente al 3,18% del 2018)", dijo David Cubides, del equipo de estudios económicos del banco Itaú en Colombia.
"A pesar de las contenidas presiones de la demanda (a medida que prevalece la brecha negativa del producto), la inercia y la transferencia por la debilidad del peso llevaría a la inflación a un nivel de 3,2% para fines de 2020", explicó.
Incluso, el indicador se dispararía a un 3,82% anual al cierre de agosto según el sondeo, debido a que los precios seguirían afectados en parte por el cierre por derrumbes de la carretera principal que comunica el centro del país con los llanos orientales, una de las principales despensas de víveres.
El gerente del Banco Central, Juan José Echavarría, admitió este mes que no se logrará la meta de inflación en 2019, pero la tendencia se revertiría al final de 2020 para lo que el emisor adoptaría las decisiones necesarias sin afán para evitar afectar la economía, que crecería este año alrededor de 3%, por debajo de la meta de 3,6%.
La mayoría de analistas coincide en que el banco emisor mantendrá inalterada su tasa de interés en el actual 4,25% al menos durante lo que resta del año, nivel en el que permanece desde abril del 2018.