El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff utilizó proyecciones de economistas privados para establecer sus metas de superávit primario para los próximos tres años, según las nuevas guías del presupuesto federal del 2015.
Brasilia. El gobierno de Brasil apunta a impulsar su credibilidad fiscal utilizando estimaciones de crecimiento económico más moderadas para establecer futuras metas, dijo el jueves a Reuters un funcionario conocedor de la decisión.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff utilizó proyecciones de economistas privados para establecer sus metas de superávit primario para los próximos tres años, según las nuevas guías del presupuesto federal del 2015.
Redujo su estimación de crecimiento del 2015 a un 0,8% desde un 3%.
El designado ministro de Hacienda, Joaquim Levy, presionó para utilizar las proyecciones de economistas privados, dijo la fuente, en un importante cambio para un Gobierno que previamente había adoptado optimistas estimaciones para calcular sus objetivos fiscales.
"No son cifras mágicas que sacamos del sombrero", dijo el funcionario bajo condición de anonimato. "Estas cifras son del mercado para mostrarle a todos que trabajamos con metas creíbles".
Levy asumiría sus funciones la próxima semana, una vez que se aquieten las aguas de la batalla que tuvo que enfrentar Rousseff en el Congreso para reducir sus metas presupuestarias de este año, dijo más temprano el jueves otro importante funcionario. [nL2N0TO1EH]
En una acalorada sesión de 17 horas, el Congreso aprobó una legislación que libera al Gobierno de Rousseff de cumplir con su esquiva meta de ahorro fiscal, pero no tuvo el quórum necesario en la madrugada del jueves para decidir sobre una enmienda final que será puesta a votación el martes.
Una fuerte oposición al proyecto por parte de sus rivales y un tibio respaldo de sus aliados resaltaron los desafíos que enfrenta Rousseff, mientras da un giro hacia las medidas de austeridad necesarias para ordenar las finanzas del país y revivir una estancada economía.
La tardanza en la aprobación retrasó la toma de posesión de Levy, debido a la necesidad de protegerlo de secuelas legales y políticas debido al no cumplimiento de los objetivos presupuestarios.
Desde que ganó la reelección por un escaso margen en octubre, Rousseff ha prometido una mayor disciplina fiscal y eligió a Levy, conocido por ser un conservador fiscal, para recuperar la confianza de los inversores y evitar una rebaja de la calificación de crédito.