Gabriela Ramos, directora de gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), explicó el fin de semana en Beijing que los desafíos que enfrenta la economía mundial son particularmente espinosos y superan sus expectativas.
Una economía china en desaceleración pero sostenible favorecerá a China y al resto del mundo.
La economía mundial ha estado en una trampa de bajo crecimiento durante cinco años, en la que el persistente déficit de crecimiento ha influido en las expectativas de futura producción y las cada vez mayores brechas de productividad han contribuido a una creciente desigualdad.
Gabriela Ramos, directora de gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), explicó el fin de semana en Beijing que los desafíos que enfrenta la economía mundial son particularmente espinosos y superan sus expectativas.
China redujo su objetivo de crecimiento en 2017 a alrededor de 6,5%, el más bajo en más de dos décadas, y lo describió como "realista y acorde a los principios económicos".
La estabilidad sociopolítica de China y su dinamismo económico seguirán disminuyendo, pero la trayectoria a un crecimiento más sostenible es apoyada por los constantes esfuerzos para abordar los problemas estructurales.
China, antes conocida como el "reino de las bicicletas", ahora tiene más de dos millones de nuevas bicicletas coloridas en la calle, las cuales son desbloqueadas con aplicaciones móviles y son vigiladas por GPS.
A pocos sorprende que China aventaje en el servicio de bicicletas compartidas tomando en cuenta el número de consumidores, pero la moda actual simboliza todos los elementos clave del nuevo modelo de crecimiento de China: tecnologías en línea, un vasto mercado y el respeto al medio ambiente.
Con un generoso gasto estatal en recursos humanos, investigación y desarrollo, China está avanzando en la cadena de valor mundial y se están incrementando las fuerzas positivas en la transición de un crecimiento más sostenible a uno más sostenido.
El auge del poder económico de China no es a costa de los demás países, sino que se basa en la prosperidad compartida con el resto del mundo.
En una débil economía mundial, Michael Spence, un galardonado con el Premio Nobel de Economía, describe a China "como el más importante motor de crecimiento de la economía mundial".
El fabricante de autos estadounidense Tesla está orgulloso de su éxito en China. Las ventas se han duplicado en tres años, desde que la fabricante de autos eléctricos llegó a China. El país asiático ahora es el mercado más importante y de más rápido crecimiento para Tesla.
Apple planea abrir dos centros más de investigación y desarrollo en Shanghai y Suzhou luego del éxito de los ubicados en Beijing y Shenzhen. "El talento en China es sencillamente sorprendente. Deseamos ampliar y profundizar nuestra cooperación con China", dijo el director de Apple, Tim Cook.
Aunque China mantiene la cautela, las agencias multilaterales han elevado sus pronósticos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OCDE elevaron a 6,5% sus pronósticos de crecimiento para China en 2017.
Sin embargo, las agencias advierten de problemas más profundos si se no revisan los niveles de deuda y las irregularidades financieras, aunque la nueva estrategia de China deja suficiente margen de maniobra para atender estos riesgos.