El apoyo del titular de la OCDE se suma al respaldo que recién anunció Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a la reforma chilena.
Santiago. El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el mexicano Angel Gurría, expresó su apoyo a la reforma tributaria que impulsa el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
El apoyo del titular de la OCDE se suma al respaldo que recién anunció Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a la reforma chilena.
En entrevista con el diario Estrategia, Gurría comentó que "los enemigos" de la reforma tributaria en Chile están usando el pretexto de que afectará el crecimiento del país para oponerse a su aprobación.
"Lo que hace la reforma es darle viabilidad de mediano y largo plazo a las finanzas públicas", expuso Gurría.
Chile ingresó a la OCDE en 2010, durante el primer mandato de Bachelet. A la organización, con sede en París, pertenecen las economías de Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, entre otras desarrolladas.
La Cámara de Diputados de Chile aprobó la reforma que busca agregar la recaudación de US$8.200 millones para financiar la reforma educacional, aplicando un aumento del 5% de los impuestos a las grandes empresas para llevarlo al 25%.
"Las reformas tributarias nunca son populares, ni fáciles, sobre todo cuando van a aumentar la recaudación, porque alguien va a tener que pagar eso", expuso Gurría.
Según Gurría, el proyecto tributario chileno "consolida las posibilidades de crecimiento futuro del país, en virtud de que el Estado tendrá más recursos para financiar una agenda más ambiciosa en los temas de inclusión social, que en el caso de Chile, es muy necesaria".
Agregó que los índices de desigualdad en este país son más altos y se necesita "trabajar para incorporar servicios, educación, salud, infraestructura, vivienda, agua", entre otros.
Explicó que se requieren recursos y "se realiza un aumento de ingresos por la vía de más eficiencia tributaria, elevando la progresividad del esquema fiscal, que es la característica deseable, es decir, que los grupos de mayores ingresos, paguen más".
Añadió que "la gente ya sabe que la reforma es para mejorar la dotación de servicios de la población más vulnerable, lo cual hace sentido desde el punto de vista ético y moral, pero también desde el económico y político".
Dijo que con esa reforma, Chile está "avanzando en equidad, se está mejorando la distribución del ingreso, se están introduciendo algunos incentivos al ahorro y la inversión".
Además, señaló que la reforma planteada "refleja la evolución del Estado y de las demandas de la sociedad, que también ha cambiado. Al mismo tiempo, se pretende lograr más cohesión social".
En su opinión, en la reforma chilena "hay un efecto de un mayor pago de impuestos por parte de las empresas, y también un reequilibrio, una readecuación entre lo que éstas pagan y lo que paga la gente".
Añadió que "a los individuos se les aligera la carga fiscal, mientras hay un aumento para las empresas, pero no para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que tendrían algún régimen especial".