El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, advirtió que muchas economías "entrarán en recesión". "Es inevitable y necesitamos continuar combatiendo la pandemia a la vez que hacemos todos los esfuerzos para restaurar la normalidad económica", dijo.
París. Las medidas sin precedentes adoptadas por muchos gobiernos para tratar de frenar la propagación de la epidemia de coronavirus, incluyendo el cierre temporal de negocios y la imposición de restricciones a la movilidad, pueden suponer un impacto adverso de 2 puntos porcentuales en la evolución del PIB anual por cada mes de estricto confinamiento, según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señala a España entre los países que sufrirán un mayor impacto negativo inicial, con la pérdida de casi un tercio de actividad.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, advertía este jueves durante la cumbre que mantuvieron por teleconferencia los líderes del G20, aunque sus declaraciones se han hecho públicas este viernes, de que muchas economías "entrarán en recesión".
"Es inevitable y necesitamos continuar combatiendo la pandemia a la vez que hacemos todos los esfuerzos para restaurar la normalidad económica tan rápidamente como sea posible", apuntó el mexicano.
En este sentido, la organización que agrupa a las economías avanzadas ha subrayado que las implicaciones de la pandemia para el crecimiento del PIB en 2020 dependerán de numerosos factores, incluyendo la magnitud y duración de los cierres a nivel nacional, la caída de la demanda de bienes y servicios y la rapidez con la que políticas fiscales y monetarias de apoyo surtan efecto.
"La escala estimada de caída del PIB equivale a un recorte anual de hasta 2 puntos porcentuales por cada mes de confinamiento estricto", ha estimado la OCDE, que calcula que, en caso de que las medidas estrictas de aislamiento y contención de la epidemia continuasen aplicándose durante tres meses sin la intervención de otros factores correctores, el PIB anual sería entre 4 y 6 puntos porcentuales inferior al que habría sido.
Además del impacto sobre el crecimiento anual del PIB, la OCDE ha alertado de que el impacto directo inicial de los cierres podría llegar a recortar la actividad económica cerca de un 25% en muchos países, sobrepasando cualquier magnitud registrada durante la crisis financiera de 2008-2009.
De este modo, la organización considera que la actividad económica de sectores como los viajes y el turismo, así como aquellos que requieren un estrecho contacto entre cliente y proveedor de servicios se verán muy afectados por las medidas de aislamiento implementadas, con caídas de la actividad entre el 50% y el 100%, mientras restaurantes y comercios minoristas solo compensarán en parte el impacto con ventas 'online' y reparto a domicilio.
Así, la OCDE estima que el impacto directo de los cierres y de las medidas de aislamiento y restricciones a la movilidad será más severo en países en los que el turismo tiene mayor importancia relativa en la economía, mientras que aquellos con mayor peso del sector agrícola y de la minería podrían registrar unos menores efectos iniciales de las medidas de confinamiento, aunque su actividad también bajará como consecuencia de la caída de la demanda de materias primas.
Según los cálculos de la OCDE, este impacto inicial adverso de las medidas de confinamiento será más severo en Grecia, con una caída de casi el 35% de la actividad, por delante de Japón, con la pérdida de algo más de un 30% y México, con una caída del 30%, por delante de Alemania y de España, con un impacto negativo algo inferior al 30%.