"Posponer la desinflación sólo tendría costos en términos de crecimiento y de pérdidas de empleo", advirtieron los autores.
París. La OCDE revisó hoy a la baja sus perspectivas para la economía brasileña tanto para este año como para el próximo para tener en cuenta la ralentización de la demanda procedente de otros países emergentes y el endurecimiento de las condiciones monetarias con la consiguiente presión inflacionista.
En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calculó que Brasil crecerá un 1,8% en 2014 (cuatro décimas menos de lo que había augurado en noviembre) y un 2,5% en 2015 (tres décimas menos).
La organización, que dedica un capítulo de su estudio a los grandes países emergentes como Brasil, aventuró que será la demanda externa, conforme se confirme la recuperación global, la que tirará de la economía del gigante suramericano, mientras que el consumo privado se mantiene constreñido por los altos tipos de interés.
Eso, unido a las incertidumbres por las elecciones presidenciales, también afectarán a la inversión, que se prevé menos dinámica que el pasado año.
Los autores del informe insistieron en que la política monetaria restrictiva, que llevó al banco central a subir sus tipos de interés, tendrá que seguir acentuándose para contener las expectativas e inflación en torno al objetivo.
"Posponer la desinflación sólo tendría costos en términos de crecimiento y de pérdidas de empleo", advirtieron, además de aconsejar al banco central que anticipe para antes de 2016 la vuelta de la inflación a su objetivo.
A su juicio, a eso podría contribuir dar "plena independencia" al instituto emisor, así como disminuir las presiones de la demanda.
De acuerdo con el escenario de base de la OCDE, la inflación media de Brasil, que fue del 6,2% en 2013, se quedará en el 5,9% este ejercicio y en el 5,5% el próximo.
La organización señaló que el anuncio del Gobierno brasileño de que espera aumentar el superávit fiscal, tras haberse quedado en el 1,9% del producto interior bruto en 2013 (el más bajo desde 2009) para que afecte a las expectativas del mercado, debe ir "respaldado por un compromiso creíble".
Para eso sugirió, por ejemplo, la adopción de una regla de gasto o cortar el vínculo automático entre un salario mínimo federal que experimenta un "rápido aumento" y algunas partidas sociales.
La OCDE avisó de que el mercado laboral sigue en tensión, ante las presiones alcistas de salarios, y eso pese al lento incremento del empleo.
Además, citó otros obstáculos a la expansión de la demanda interna, como son la lenta evolución de la inversión, los "cuellos de botella" en las infraestructuras, las protecciones comerciales, los impuestos elevados con efectos de distorsión, así como los bajos niveles de capital físico y humano.
Aunque las autoridades hayan diseñado un "ambicioso" plan de infraestructuras, la OCDE manifestó dudas sobre sus capacidades para cumplir con esas ambiciones.