En las grandes bolsas, como las de Londres, Nueva York o Fráncfort, las computadoras tomaron el poder.
Si bien los operadores de bolsa todavía no pasaron a ser una reliquia del pasado en la Bolsa de Fráncfort, en realidad ya solo forman parte de la escenografía, ya que la mayor parte de las operaciones bursátiles se realizan a través de computadoras megaveloces y programadas con complejos algoritmos. En EE. UU., la cantidad de de operaciones de bolsa que se realizan a través de ordenadores ya llega a un 70%.
Cada vez son más los que critican el desarrollo de estas negociaciones de bolsa, llamadas de “alta frecuencia”, pero hay algo en lo cual las computadoras son más hábiles que los seres humanos: son muy veloces, pueden llevar a cabo operaciones más a menudo y obtener grandes ganancias de pequeñas diferencias en el curso de divisas. Eso hace que aumenten las operaciones bursátiles y, de acuerdo con los directivos de la bolsa de Fráncfort, también es beneficioso para todos. Cuanto más rápidas son la operaciones, más eficientes y baratas serán las compras y ventas. Hay más dinero circulando, y eso es un beneficio para todos los inversionistas, subrayó la Bolsa de Fráncfort en un comunicado.
Pero eso no es todo: la bolsa también registra ganancias adicionales través del comercio de alta frecuencia, ya que alquila lugares cercanos a las computadoras que llevan a cabo las operaciones. Dado que en las operaciones con algoritmos la velocidad es un factor clave, incluso el tiempo que necesitan los datos para pasar por los cables es decisivo. Cuanto más corto es el trayecto, más valiosa es la conexión.
“Algunas transacciones se realizan con una velocidad casi inimaginable para un ser humano. Es decir, que hablamos de 10 a la menos, 7 o diez a la menos 8 segundos, la velocidad del impulso eléctrico”, explica Hans Peter Burghof, de la Universidad de Hoheneim.
En Fráncfort ya hay más 140 operadores de bolsa que usan el llamado “servicio de co-locación” (Co Location Service), una tecnología que se seguirá desarrollando. El comercio con acciones pronto podría realizarse a través de rayos láser.
¿Las mismas oportunidades para todos?. El gran interrogante es si esta evolución de la bolsa representa una amenaza para los inversores, si todos tienen las mismas oportunidades en un escenario en el que las decisiones son tomadas a una velocidad vertiginosa. Y, además, cabe la pregunta de si al haber errores imprevistos de cálculo eso podría ocasionar caídas repentinas en la bolsa.
Hay otros expertos alemanes que ven con gran preocupación el tema de las operaciones de bolsa de alta frecuencia, ya que no es seguro que se realicen de manera justa para todos. Sobre todo preocupan las informaciones que llegan de EE.UU., acerca de que las operaciones de alta frecuencia acentúan las crisis económicas. Como ejemplo de ello se cita lo sucedido el 6 de mayo de 2010, cuando el índice Dow Jones cayó en más de 1.000 puntos en pocos minutos y sin motivo aparente.
Hans Peter Burghof investigó qué tipo de efectos tiene la actividad de las operaciones bursátiles de alta frecuencia. “Las estrategias siempre son tan buenas como quien las programa. Si el operador nota que algo anda mal, puede programar mecanismos de seguridad. Pero hasta que éstos se pongan en marcha se pueden haber perdido varios millones”, dice el experto. Y añade que las operaciones de alta frecuencia no deberían prohibirse, pero sí deberían ser reguladas para poner coto al peligro.
¿Computadoras o seres humanos?. Peter Beyer se desempeñó más de 30 años para grandes instituciones como el Deutsche Bank, Morgan Stanley y el Commerzbank, y ahora trabaja para la plataforma online United Signals. En la plataforma, los inversores pueden elegir. Si quieren, pueden operar con ayuda de las computadoras, o confiar en la estrategia de operadores de carne y hueso, de las cuales ya hay 20 diferentes estrategias de inversión. Él mismo cree que las computadoras no pueden remplazar a los seres humanos. “Pienso que las máquinas no pueden aprender a reconocer una tendencia o un cambio de tendencia en el mercado. Por eso, a largo plazo fracasan todos los sistemas automatizados".