En Brasil, el real cerró la semana pasada a 3,18 unidades por dólar después de que el Senado aprobó una importante reforma laboral.
El optimismo impulsa al peso mexicano y al real, que se apreciaron a niveles de hace un año ante una confianza excesiva en la capacidad de los funcionarios para neutralizar las preocupaciones de origen político por la crisis brasileña y las negociaciones comerciales con Estados Unidos.
En Brasil, el real cerró la semana pasada a 3,18 unidades por dólar después de que el Senado aprobó una importante reforma laboral. La moneda también se afirmó tras el rechazo al enjuiciamiento del presidente Michel Temer por corrupción en una comisión legislativa.
"Creo que el dólar perfectamente puede pasar a oscilar entre 3,20 y 3,25 reales", dijo el superintendente de la firma Correparti Corretora, Ricardo Gomes da Silva, minimizando el impacto que podría producir una salida forzada de Temer, alternativa que sigue abierta.
El presidente fue acusado el mes pasado en la trama de sobornos que involucra a JBS SA, la mayor empacadora de carne del mundo. Pero su mandato quedaría en duda si el pleno de la Cámara de Diputados aprueba que el caso sea tratado por la Corte Suprema en una votación prevista para el 2 de agosto.
En el mercado mexicano, "por razones fundamentales vemos fuerte al peso y creemos que se puede estabilizar en los niveles de 17,60 con un piso de 17,50", dijo Rafael Camarena, economista de Santander México. Sin embargo, la pulseada con el presidente estadounidense Donald Trump apenas ha empezado.
"Noticias referentes a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte podrían tener un impacto en el corto plazo también", advirtió Camarena. Esta semana el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, describirá los objetivos de Washington en el TLCAN al Congreso.
En Argentina, el peso se estabilizaría a alrededor de 17 unidades por dólar, donde parece haber encontrado un equilibrio tras su depreciación de julio, controlada por el banco central. En Chile, el peso se negociaría entre 655 y 663 unidades por dólar, sin mayores novedades.
En el mercado cambiario global se sostendría la demanda de monedas de países de mercados emergentes, que tienen tasas de interés altas. "Se continuará viendo esta divergencia probablemente por los próximos meses", dijo Karl Schamotta, un director de Cambridge Global Payments en Toronto.