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Orden monetario y reactivación deben ser las prioridades económicas en Venezuela
Lunes, Diciembre 14, 2015 - 08:27

El cuadro económico es tan complejo que el propio presidente Nicolás Maduro, ha reconocido que la inflación en lo que va de año ya llega a 100% y la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) es de 4%.

Pasado el proceso electoral para la escogencia de los integrantes de la Asamblea Nacional, los problemas económicos del país recobran su protagonismo. Restablecer el orden monetario para enfrentar la inflación y tomar decisiones que reimpulsen la producción para contener la escasez de bienes, deben ser las prioridades, según distintos economistas consultados.

El cuadro económico es tan complejo que el propio presidente Nicolás Maduro, ha reconocido que la inflación en lo que va de año ya llega a 100% y la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) es de 4%.

Ambas cifras colocan a Venezuela como el país con peor desempeño de América Latina y con uno de los índices de precios más elevados del mundo; de hecho, la inflación promedio en el resto de la región se ubica en 5%, solo impulsada por los datos de Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia, donde el crecimiento de los precios supera 6%.

El resultado de las elecciones parlamentarias plantea un nuevo escenario político que podría influir el curso de las políticas económicas que se adopten. El presidente Nicolás Maduro adelanta una reestructuración de su equipo de gobierno, como respuesta al descontento social.

Analistas consultados creen que una de las áreas donde debe haber cambios importantes es precisamente en la economía.

Más dólares

Para el presidente del Consejo de Economía Nacional, Efraín Velásquez, lo primero que se debe hacer es incrementar la oferta de dólares, en función de que una estrategia de unificación cambiaria gane confianza. Si no es así, el éxito será improbable.

Para el economista Velásquez, la estrategia productiva de corto plazo pasa por crear incentivos reales a la producción local, regularizar el flujo de materias primas, y establecer un marco macroeconómico más ordenado.

“Si usted arranca hoy, hace todo bien y todo le sale bien; en seis meses, usted puede ver un resultado importante”, sostiene.

Para Velásquez es imperativa una nueva estructura de financiamiento externo, no solo para aliviar los desequilibrios fiscales, sino para apuntalar un crecimiento paulatino de la economía.

“La segunda medida es reducir el financiamiento del BCV a Pdvsa. De esa manera disminuirá la liquidez monetaria y, con ella, la demanda interna. El desbalance entre la oferta y la demanda se reducirá, con una consecuente baja de la inflación y el desabastecimiento”.

Menos controles. “Creo que el desajuste más importante que tiene la economía está vinculado al control de cambio. El dólar a 6,30 es absolutamente artificial, al punto que ha generado una destrucción masiva del aparato exportable. El segundo problema grave está en los controles de precios que han hecho que muchos bienes sean imposibles de producir, por las pérdidas derivadas del desbalance entre sus costos de producción y sus precios finales”, dice el economista José Manuel Puente.

Profesor del Iesa y experto en Finanzas Públicas, Puente sostiene que los ajustes deben ser graduales, aunque señala que es inevitable que, en un primer momento, se produzca un fuerte impacto inflacionario.

“Por eso es que, en este momento, el primer objetivo de la política económica no es el control de la inflación, sino ir resolviendo las distorsiones y reactivar el aparato productivo para que, en una segunda etapa, se pueda atacar de una manera frontal el tema inflacionario”, advierte.

El economista enfatiza que el primer anuncio debe ser respetar los derechos de propiedad.

Mantener controles. El economista y exministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, sostiene que los controles deben mantenerse, pero hay que introducir modificaciones profundas. Lo más urgente es ir a una “simplificación cambiaria”, dijo recientemente en una entrevista al diario zuliano Panorama.

Subraya que el país votó como lo hizo debido a una “agobiante” situación económica, pero ello no significa que se haya renunciado a las políticas sociales inclusivas.

Para Cabezas, hay “nudos gordianos” que bloquean el avance de la revolución. El primero es la dependencia petrolera y el segundo, la baja productividad interna.

En el corto plazo, hay que enfrentar temas urgentes como equilibrar las finanzas públicas y restituir el orden monetario, que comienza con suprimir el financiamiento monetario del déficit.

Para el ex titular de Finanzas, la industrialización es un asunto básico para el mediano plazo, de manera que la dirigencia de la revolución debe plantearse su participación directa en la economía. Cabezas se inclina por el control solo en aquellas áreas estratégicas para garantizar la estabilidad económica y la seguridad social de los venezolanos.

Socialismo de mercado. El economista, y también exministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez, enumera lo que debería ser la hoja de ruta de un cambio económico en el corto plazo, según reseña en su artículo en Contrapunto.

- Reducción del gasto militar.

- Sustituir importaciones públicas por un programa de incentivo a la producción local, especialmente dirigido a la agricultura y la industria.

- Recompra de bonos para aliviar la curva de vencimientos en el corto plazo y redirigir los fondos dedicados al servicio de estos pasivos a infraestructura y vivienda.

- Adecuar los acuerdos de Petrocaribe a las restricciones derivadas de los altos precios del petróleo.

Para Álvarez, el Gobierno debe reconsiderar sus nociones sobre el mercado, porque, a su juicio, una revolución política no puede sustentarse sin una economía productiva y, en consecuencia, el modelo económico debe pasar del estatismo radical hacia un “socialismo de mercado”, porque es la única forma, a su juicio, de que un sistema socialista optimice el uso de los recursos y estimule realmente a la producción.

Los consultados coinciden en que otro aspecto clave para salir de la crisis y aplicar soluciones es a través del diálogo constructivo entre los actores de la sociedad. Mantener una diatriba política encendida que profundice la polarización será nefasto para el país en las actuales circunstancias.

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ELMUNDO.COM.VE