A algunos gobiernos y bancos de la zona euro se les está haciendo cada vez más complicado levantar fondos en los nerviosos mercados financieros, forzándose cada vez más a una dependencia mutua que acelera esta espiral descendente.
Londres/Madrid. La relación perniciosa entre los países europeos con problemas y sus igualmente atribulados bancos está arrastrando a ambas partes y los intentos de los políticos para resolver el problema a menudo sólo está empeorando las cosas, especialmente en España.
A algunos gobiernos y bancos de la zona euro se les está haciendo cada vez más complicado levantar fondos en los nerviosos mercados financieros, forzándose cada vez más a una dependencia mutua que acelera esta espiral descendente.
A medida que los gobiernos se ven forzados a rescatar sus bancos, sufren las calificadiones crediticias soberanas y los inversores extranjeros huyen de sus bonos.
Esto se traduce en que los gobiernos dependen más que nunca de los bancos domésticos -que a menudo coinciden con las propias entidades que rescatan- para comprar deuda soberana y financiar los deficits presupuestarios.
España ha mostrado este problema claramente en la última semana. El sábado, solicitó a la zona euro ayuda por hasta 100.000 millones de euros (US$125.000 millones) para financiar el rescate de los bancos golpeados por la recesión y el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Días después, la agencia Moody's recortó en tres escalones la nota de España a "Baa3", argumentando que el nuevo plan de rescate incrementaría la carga de deuda del país. Esta decisión dejó a España a un escalón de la temida categoría de "bono basura" que incrementaría notablemente los costos de financiación tanto para el país como para sus bancos.
"De forma crucial (....) más que debilitar la perniciosa interrelación entre bancos y soberanos que ha expuesto a España a una creciente presión al contagio, este rescate la ha reforzado", dijeron analistas de Rabobank.
Los problemas de financiación de los bancos españoles serán mayores si Moody's recorta la nota a "bono basura" o si otras agencias siguen sus pasos.
DBRS, una agencia que usa el Banco Central Europeo para calificar el colateral, dijo el jueves que también se estaba preparando para rebajar la nota de España. Eso forzaría a los bancos a pagar una penalización adicional del 5% por poner bonos soberanos españoles como colateral cuando piden prestado al BCE.
En un momento en que los mercados de financiación mayorista están prácticamente cerrados, la apelación de los bancos españoles al BCE marcó un récord de 324.600 millones de euros en mayo.
Una peor nota de España también haría más costosas para la banca otras transacciones financieras como la liquidación de futuros y las operaciones con derivados porque las entidades se verían forzadas a poner más bonos soberanos como colateral.
Y además preocupa el creciente nivel de las posiciones de deuda soberana española que tienen los bancos en sus balances.
Los bancos españoles tenían 146.000 millones de euros en bonos soberanos domésticos a finales de abril, casi el doble que los 76.000 millones de diciembre, según datos del Tesoro español.
En Grecia, el primer país de la zona euro en sucumbir a una crisis de deuda en el 2009, los bancos han pagado un enorme precio por mantener enormes cantidades de deuda de su gobierno.
Los cuatro mayores bancos del país perdieron 28.000 millones de euros en el acuerdo de reestructuración que borró el 74% del valor de la deuda.
Preocupaciones similares están acechando también a Italia, que se suman al temor a un contagio. Los bancos italianos tenían 295.000 millones de euros de deuda soberana a finales de abril, muy por encima de los 210.000 millones de finales de diciembre.
Los problemas se acumulan. Con la rentabilidad de los bonos soberanos españoles alcanzando el 7% esta semana -un nivel considerado inasequible-, la dependencia de financiación de los bancos locales probablemente aumentará.
Los bancos españoles tendrán que encontrar 11.000 millones de euros adicionales para financiar al Gobierno en lo que resta de 2012 si los inversores extranjeros se mantienen lejos, dijeron analistas de Credit Suisse.
Muchos ya lo están puesto que el porcentaje de deuda española en manos de no residentes cayó en abril al 38,1%, desde el 51,5% de diciembre.
Los bancos españoles más cargados de préstamos inmobiliarios morosos -objetivos prioritarios de la ayuda europea- son los más expuestos a los problemas soberanos.
Las posiciones de deuda soberana española de cinco bancos nacionalizados subieron un 80% el año pasado, según un informe del Banco de España y es casi seguro que muestre otro fuerte incremento este año cuando se incluya a Bankia, que solicitó un rescate público de 19.000 millones de euros el mes pasado y tiene papel soberano por 29.000 millones de euros.
La relación entre el Estado y los bancos podría debilitar cualquier incentivo que pueda tener un gobierno para dejar caer a un banco, una de las ideas "cortocircuito" sugeridas para cortar la dependencia entre bancos y soberanos.
Una lección a aprender de Grecia es que un plan doble podría ser una de las pocas opciones.
"Se necesitaría simultáneamente recapitalizar a los bancos y garantizar de nuevo la competitividad del país soberano, algo complicado dentro de la estructura del euro", dijo Andrew Lim, analista bancario de Espirito Santo.
Hasta la fecha España se ha resistido a la idea de un rescate soberano en toda regla, un destino que el presidente Mariano Rajoy dijo haber evitado al negociar un rescate de la banca con la zona euro.
Pero la inquietud sobre el déficit público español y el excesivo gasto de las regiones siguen estremeciendo a los mercados y estas dudas también aumentarán los problemas inmediatos que enfrentan los bancos.
Estos ya están haciendo frente a las fuertes exigencias para cubrir las pérdidas de activos inmobiliarios, que podrían alcanzar hasta 70.000 millones de euros.