"Las movilizaciones en el sur fluyen hacia Perú, hacia Colombia y diferentes regiones del sur, y hay del sur hacia América Central y de México hacia el sur o Centroamérica", explicó el titular del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral Luis Ernesto Carles.
El ministro panameño de Trabajo y Desarrollo Laboral, Luis Ernesto Carles, instó a los países de la región a definir una política sobre migración laboral, enfocada al desarrollo y la prosperidad en las Américas.
Con miras a la Cumbre continental que se efectuará en abril en Panamá, el funcionario señaló que es el momento de definir entre los países medidas homogéneas para abordar el tema, en momentos en que la migración no sólo se da hacia Estados Unidos, sino que hay además otros flujos.
Al hacer una exposición en un hotel de la capital panameña, organizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Carles llamó la atención sobre la necesidad de establecer una política estratégica de Panamá sobre migración laboral.
Subrayó que frente a la necesidad de la política sobre la materia es que se instaló una comisión, al remarcar que este esfuerzo es necesario en momentos en que los movimientos migratorios sur-sur se han incrementado de manera sostenida y que se están dando no sólo a nivel intercontinental, sino también intrarregional.
"Las movilizaciones en el sur fluyen hacia Perú, hacia Colombia y diferentes regiones del sur, y hay del sur hacia América Central y de México hacia el sur o Centroamérica", explicó el titular del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel).
Carles subrayó que unos 232 millones de migrantes representan una importante fuerza de trabajo a nivel mundial y que dentro del propósito de la próxima Cumbre de las Américas, "en busca de la prosperidad con equidad", se requiere considerar la necesidad de esquemas de protección para los trabajadores.
El ministro panameño mencionó que los migrantes aceptan trabajos precarios, en condiciones inadecuadas y con baja paga y sin garantías laborales o en los que se incumple con los derechos básicos, debido a que no tienen otra opción.
Carles subrayó que tampoco debe perderse de vista el índice de desempleo y subempleo, así como la obligatoriedad de respetar las cuotas de contratación de mano de obra.
"Debe haber un proceso de diálogo sobre estos temas, incluido la modernización del servicio de migración laboral, enfatizó.
También mencionó la importancia de poder establecer acuerdos bilaterales o a nivel regional, por ejemplo, que ayuden a establecer reglas relativas al tema de la migración laboral.
El ministro de Trabajo consideró esencial tener una base cuantitativa sobre las necesidades de la mano de obra migrante y conocer las situaciones de la población indígena transfronteriza y de las trabajadoras a las que no se les paga seguridad social para elaborar una legislación.
Según Carles en Panamá hay alrededor de 400.000 trabajadores informales, de los cuales entre 25.000 y 30.000 son extranjeros.
Agregó que la informalidad puede ser un medio para establecer la competencia desleal, al pagar el empleador un menor salario e incumplir derechos como el descanso obligatorio.