"Al aprobar esta ley, el Parlamento nos permitirá comenzar a salir del torbellino", dijo más temprano a los legisladores el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
Atenas. Grecia dio este jueves el primer paso para obtener fondos que necesita con urgencia acordados en un paquete de rescate de 130.000 millones de euros cuando su Parlamento respaldó la realización de un canje de bonos para los tenedores privados de su deuda.
El canje, en el cual los inversores privados intercambiarán sus bonos griegos por otros de menos valor, debería ser lanzado este viernes con la finalidad de recortar 100.000 millones de euros (US$132.000 millones) de la deuda griega. Esto es una parte central del plan para reducir los pasivos a un 120,5% del PIB para el 2020 desde el 160% actual.
"Al aprobar esta ley, el Parlamento nos permitirá comenzar a salir del torbellino", dijo más temprano a los legisladores el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
"Para tener éxito, necesitamos estar unidos, serios, confiables, persistentes y trabajar, trabajar, trabajar", agregó antes de que la ley para el canje de deuda fuera aprobada gracias a la mayoría que tienen en el Parlamento el partido socialista PASOK y el Partido Nueva Democracia, socios en la coalición de gobierno.
El segundo rescate externo que recibe Grecia desde el 2010 fue aprobado este martes por los ministros de Finanzas de la zona euro en una decisión que despejó la amenaza inmediata de una cesación de pagos, pero que no logró reducir las dudas sobre la sustentabilidad de las finanzas del país.
"El paquete no garantiza que los problemas de Grecia se resolverán", dijo el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, a su propio Parlamento a través de una carta.
"Grecia tendrá que tomar amplias medidas y demostrar que implementa las reformas necesarias", agregó. De Jager y su contraparte alemana, Wolfgang Schäuble, han liderado el escepticismo respecto al compromiso de Atenas para mejorar sus finanzas públicas.
En una entrevista con The Wall Street Journal, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, sugirió que la muda respuesta del mercado al plan de rescate del martes insinúa que muchos dudan que Atenas cumplirá con una prometida cura de austeridad.
"Es difícil decir que la crisis terminó", advirtió.
En Berlín, un alto funcionario del oficialista Partido Unión Demócrata Independiente de la canciller Angela Merkel dijo que los parlamentarios que votarán sobre el rescate el lunes lo harán dependiente de que el FMI participe, como estaba planeado.
Fuentes europeas y del FMI han dicho a Reuters que el fondo podría contribuir con 13.000 millones de euros en dinero fresco, además de 9.900 millones de euros aún impagos del primer rescate.
La extensión de la contribución del FMI aún debe ser discutida por el directorio, dijo en una rueda de prensa en Washington Gerry Rice, director de relaciones externas del FMI, quien también remarcó los riegos de la implementación.
El Gobierno afirma que la oferta debe hacerse a los inversores para el viernes y que el canje debe estar listo para el 12 de marzo, antes de que el 20 de ese mes venzan 14.500 millones de euros en bonos.
Médicos y trabajadores de la salud lanzaron una huelga de 24 horas contra los recortes salariales y convocaron a una protesta en el Ministerio de Salud. Los hospitales mantenían niveles mínimos de asistencia.
Se planea una huelga general de tres horas para el próximo miércoles y partidos de izquierda que se oponen al paquete de austeridad están ganando terreno en sondeos de opinión antes de las elecciones que probablemente tendrán lugar en abril.
"Grecia es la primera colonia de la zona euro", comentó Alexis Tsipras, líder del partido Coalición de Izquierda, quejándose de que las nuevas disposiciones en virtud de las cuales inspectores extranjeros van a supervisar las finanzas nacionales eran una humillante pérdida de soberanía.
Ministros del Gobierno afirman que la única alternativa sería la bancarrota y la expulsión de Grecia de la zona euro.
"Habría caos", dijo el ministro de Ambiente y Energía, George Papaconstantinou al semanario alemán Die Zeit.
"Habría filas fuera de los bancos y el Ejército y la policía tendrán que intervenir. Ya no seríamos capaces de importar petróleo, gas natural o medicamentos desde el extranjero", agregó.
Los inversores privados, que tienen unos 200.000 millones de euros en bonos griegos, asumirán una pérdida del 53,5 por ciento en el valor nominal de sus bonos y una quita real de entre 73 y 74 por ciento.
El proyecto de ley establece que los inversores tendrán al menos 10 días para considerar los términos de la operación y además crea una "cláusula de acción colectiva", que obliga a todos los tenedores a aceptar el canje una vez que se alcance cierto porcentaje de participación.
Según el proyecto que está en el Parlamento, el canje se activará una vez que el 50 por ciento de los tenedores de bonos hayan respondido a la oferta y las cláusulas de acción colectiva procederán cuando una mayoría de dos tercios de ese 50 por ciento haya votado a favor de la operación.