Ahora se prevé que la mayor economía de América Latina tenga un desempeño inferior al de México en 2018 por quinto año consecutivo, contrariando expectativas previas de que podría sobrepasar al país norteamericano.
Brasilia. El paro nacional de camioneros que vivió Brasil en las últimas semanas de mayo probablemente recortó el crecimiento económico de 2018 en casi un punto porcentual, mostró este jueves un sondeo de Reuters, mientras avivó la inflación sólo de forma temporal.
El producto interno bruto de Brasil crecerá sólo un 1,7% en 2018, según la mediana de 42 estimaciones de economistas compiladas por Reuters entre el 17 y el 24 de julio, por debajo del 2,5% calculado en el sondeo previo. Las estimaciones oscilaron entre alzas de 0,2% y 2,8%.
La de Brasil fue la única revisión destacable en el sondeo, que cubrió además otras cuatro economías latinoamericanas, para las cuales se esperan tasas de expansión similares a las de la consulta de abril.
Ahora se prevé que la mayor economía de América Latina tenga un desempeño inferior al de México en 2018 por quinto año consecutivo, contrariando expectativas previas de que podría sobrepasar al país norteamericano en su recuperación desde su recesión más profunda en décadas.
"Ahora está claro que la huelga tuvo un efecto profundo en la actividad económica, tanto directa como indirectamente al lastrar la confianza, y sólo un impacto somero en la inflación", dijo Newton Rosa, economista de SulAmérica Investimentos.
La observación sugiere que los economistas por fin están llegando a un consenso sobre el impacto de la huelga, que se desarrolló sólo entre el 21 de mayo y comienzos de junio pero casi paralizó sectores corporativos clave al cortar la llegada de sus insumos.
El lastre en la actividad económica persistió incluso después del fin de las manifestaciones y es probable que mantenga un tope al crecimiento aún en 2019. Ahora se espera que la economía del país crezca un 2,5% el año próximo, por debajo de la expectativa de 2,7% del sondeo de abril.
El apoyo público a las protestas de los camioneros, que llevó a los políticos a introducir costosos subsidios al diésel incluso cuando luchan por contener un creciente déficit fiscal, generó dudas sobre si el próximo presidente brasileño, que será elegido en octubre, logrará atajar el crecimiento del endeudamiento del país.
Esos cuestionamientos habrían llevado a las empresas a recortar sus planes de inversión, según economistas.
La escasez de productos que se generó por la huelga llevó a que la inflación se acelerase, pero expertos afirman que la debilidad de la economía y un desempleo que se mantiene en dos dígitos harían improbable que ese impulso se prolongue.
El sondeo estima una tasa de inflación de 3,8% en 2018 tras el pronóstico previo de 3,5%.
La mediana de los pronósticos para 2019 se redujo 0,1 puntos porcentuales a 4,1%, manteniéndose debajo del punto medio del rango oficial para el año próximo de 4,25%, más o menos 1,5 puntos porcentuales.
