El producto interno bruto de Brasil se contrajo un 3,6% en 2016, informó el martes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En 2015, se registró una lectura negativa de 3,8%.
La peor recesión que ha sufrido Brasil se agravó más en los últimos meses del 2016, lo que frustra las esperanzas de una pronta recuperación de la economía pese a medidas de estímulo, como una reducción acelerada de las tasas de interés.
El producto interno bruto de Brasil se contrajo un 3,6% en 2016, informó el martes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En 2015, se registró una lectura negativa de 3,8%.
La contracción empeoró en el cuarto trimestre con un declive mayor al previsto de 0,9%, tras ajustes por estacionalidad. En los tres meses previos, la baja fue de 0,7%.
Brasil registra casi 13 millones de personas sin trabajo y hay una cifra récord de empresas quebradas. La recesión también fue uno de los factores que llevó a la destitución de Dilma Rousseff y a los bajos índices de aprobación de su sucesor, el presidente Michel Temer.
La inversión disminuyó un 10,2% el año pasado, lo que economistas atribuyen en parte a los altos costos del crédito en el país. En octubre, el Banco Central inició un ciclo de recortes desde el máximo histórico de la tasa Selic de 14,25% y se espera que este año baje a un sólo dígito.
La recesión ya suma dos años y es la más larga y profunda que registra el país. La opinión de consenso entre los economistas es que Brasil saldrá de la recesión este año, pero a una tasa muy baja de 0,5%, que sería insuficiente para reducir el desempleo.