"No hay duda de que la economía se recuperó increíblemente rápido. Dos meses después no había absolutamente signos de que la economía fue golpeada por un intenso terremoto", dijo Alberto Ramos, de Goldman Sachs en Nueva York.
Santiago. Un año después de haber sufrido uno de los peores terremotos en el mundo, Chile tiene una economía boyante debido en parte a la reconstrucción, pero no está a salvo de los efectos de esta bonanza ni de las quejas de quienes aún no han recuperado sus vidas.
El gobierno tiene el desafío de mantener el crecimiento económico a largo plazo una vez que ese favorable impacto transitorio se diluya, en medio de presiones inflacionarias que amenazan a la región latinoamericana.
El sismo de magnitud 8,8 y posteriores tsunamis del 27 de febrero del 2010 que cobraron la vida a más de 500 personas dejó daños por US$30.000 millones, según cálculos de gobierno, costo que obligó al presidente Sebastián Piñera a lanzar un ambicioso plan de reconstrucción.
En poco tiempo, la economía chilena dejó atrás el impacto del terremoto y el Banco Central estima que registró una expansión del 5,2% para el 2010.
"No hay duda de que la economía se recuperó increíblemente rápido. Dos meses después no había absolutamente signos de que la economía fue golpeada por un intenso terremoto", dijo Alberto Ramos, de Goldman Sachs en Nueva York.
El gobierno lanzó un programa de reconstrucción por más de US$8.000 millones financiado por diversas fuentes que ha agregado aún más dinamismo a la demanda.
"Hemos conseguido el 100% del financiamiento para esta reconstrucción y además hemos logrado recuperar nuestra economía y recuperar la creación de empleo", afirmó recientemente el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
Las labores de recuperación marcaron además el primer año de Piñera, un conservador que puso fin a dos décadas de gobiernos de centro izquierda en el país sudamericano, y quien ha visto un drástico retroceso en su aprobación en medio de reclamos por retrasos en el programa de reconstrucción.
"El costo político para Piñera es la velocidad de la reconstrucción en términos concretos (...) El terremoto no ha resultado ser una plataforma de consolidación de su liderazgo, no obstante que ha logrado un crecimiento económico más allá de lo prometido en su programa de Gobierno", dijo el analista político Guillermo Holzmann.
Efecto terremoto. El favorable "efecto terremoto" tendrá impacto transitorio para el fisco, por tanto las autoridades deben pensar en la manera de desincorporarlo sin afectar la expansión prevista para los próximos años.
"Si se desacelerara (la demanda) de una forma efectiva, el único riesgo que hay ahí es que el crecimiento se aplane de una forma instantánea o se estanque", comentó Enrique Alvarez, economista jefe de IDEAGlobal en Nueva York.
Además actualmente existe la presión inflacionaria promovida por los altos precios externos en rubros vitales como alimentos y combustibles, que Chile ha podido aliviar gracias a la fortaleza del peso.
"En la medida en que superpones a una demanda que ya está muy dinámica, un esfuerzo de reconstrucción que implique utilizar más trabajadores, demandar más insumos, tienes algún riesgo de mayor inflación", dijo Alejandro Puente, economista del BBVA.
Sin embargo, la cara negativa de la apreciación de la divisa local es la pérdida de competitividad de sectores exportadores, principalmente en el agroindustrial, uno de los más golpeados por el devastador sismo.
Pese a esto, sectores como el de celulosa y de productos agrícolas han mostrado sólidos signos de recuperación.
Proceso Lento. Piñera asegura que más del 50% de la destrucción que dejó el sismo ya ha sido reconstruida. Sin embargo, medios locales reportan constantemente quejas de pobladores de zonas afectadas que aún sufren el impacto de habitar viviendas de emergencia o estar sin fuente de empleo.
"La reconstrucción me parece que está súper buena (...), pero el turismo ha bajado", comentó José Recabal, un pescador del pueblo costero Curanipe, que debe vender sus productos a menor precio por la falta de demanda.
En algunos pueblos del área afectada, donde Piñera realizará actos conmemorativos del suceso, han protagonizado algunas escaramuzas exigiendo no ser olvidados por las autoridades.
El borde costero de la zona afectada ha visto disminuir la cantidad de visitantes habituales durante asuetos, mientras la población ha revivido, con más de 1.000 réplicas sensibles, sus temores de permanecer en zonas susceptibles.
En tanto, expertos ven que aún hay problemas en vialidad en zonas agrícolas y forestales, que son todavía parte del largo camino hacia una completa normalización.
Las autoridades necesitarán varios años para lograr una plena recuperación. "La reconstrucción es un proceso que para ser completado necesitamos los cuatro años del Gobierno", apunto el ministro Larraín.