Las cifras del PIB podrían ser bienvenidas por el primer ministro Yoshihiko Noda, quien intenta reunir el apoyo necesario para aprobar el presupuesto del próximo año fiscal.
Tokio. La economía de Japón se contrajo menos de lo que se esperaba originalmente en el cuarto trimestre, ante un aumento de la inversión empresarial, pero la cuenta corriente registró un déficit histórico en enero, ya que el abandono de la energía nuclear elevó las importaciones de combustibles fósiles.
La revisión del Producto Interno Bruto (PIB) fue de una contracción del 0,2%, en línea con la mediana de los pronósticos de mercado, mientras las compañías esperan un aumento de la demanda debido a la reconstrucción de la costa noreste del país, que fue arrasada por un tsunami el año pasado.
La balanza de la cuenta corriente también se vio afectada en enero por el feriado del Año Nuevo Lunar chino, que pesó sobre las exportaciones, pero economistas ven el resultado como algo que difícilmente se repetirá y esperan que la cuenta corriente anual siga mostrando superávits en los próximos años.
Las cifras del PIB podrían ser bienvenidas por el primer ministro Yoshihiko Noda, quien intenta reunir el apoyo necesario para aprobar el presupuesto del próximo año fiscal y un polémico plan para duplicar el impuesto a las ventas del 5%.
"La economía retomará el crecimiento en el primer trimestre mientras las exportaciones crezcan y la reconstrucción tras el terremoto siga su curso. La recuperación económica seguirá en el nuevo año fiscal que parte en abril", dijo Hiroshi Miyazaki, economista jefe de Shinkin Asset Management Co en Tokio.
"Hay muchos factores de riesgo, como la fortaleza del yen y la crisis de deuda de Europa, pero estos riesgos han cedido", agregó.
Sobre una base anualizada, la economía se contrajo un 0,7%, también en línea con los pronósticos y menos que la cifra preliminar de una caída del 2,3%, según datos de la Oficina del Gabinete conocidos este jueves.
El gasto de capital, el principal motor de las revisiones al alza del PIB, subió un 4,8%, levemente menos que el aumento del 5% esperado por los economistas, pero bastante más que una lectura preliminar del 1,9%.
Las alzas mayores a lo esperado en producción industrial y los optimistas pronósticos de producción para el primer trimestre elevaron las esperanzas de que la economía de Japón gane impulso este año.
La balanza de cuenta corriente de Japón se hundió a un déficit histórico de 437.300 millones de yenes (US$5.410 millones) en enero, más que la mediana de las estimaciones de unos 317.800 millones de yenes de saldo negativo.
Japón registró su primer déficit de cuenta corriente desde enero del 2009 debido a un aumento en la brecha del déficit comercial, ante un fuerte descenso de las exportaciones por la menor demanda de China en las festividades de año nuevo.
A eso se sumó el mayor costo del combustible y el cierre de plantas nucleares tras el terremoto del año pasado, que elevaron las importaciones de energía.
El yen cayó hasta los 81,26 por dólar tras las cifras, ya que el déficit de cuenta corriente generó dudas a nivel local respecto al tiempo que podrá financiar Japón su enorme deuda pública.
Economistas dicen que podría pasar algo de tiempo antes de que Japón revierta su déficit de cuenta corriente debido a los ingresos generados por sus inversiones en el extranjero.
"La balanza comercial podría mantenerse en déficit este año, ya que importamos más energía para compensar la disminución en el uso de la energía nuclear", dijo Norio Miyagawa, economista de Mizuho Securities Research & Consulting.
"La cuenta corriente debería volver a un superávit ya que aún tenemos un superávit en la cuenta de ingresos. Japón debería ser capaz de financiar sus deudas por el momento. Pero la pregunta es qué pasará en cinco o diez años más, no podemos estar tan seguros", agregó.
El Banco de Japón podría dejar sin cambios su política monetaria en su próxima reunión del 12 y 13 de marzo.
El banco central sorprendió a los mercados el 14 de febrero al aliviar aún más la política monetaria con un aumento de 10 billones de yenes (US$123.860 millones) en sus compras de bonos gubernamentales y al fijar una meta inflacionaria del 1%, reforzando sus esfuerzos por poner fin a la deflación.