Autoridades del equipo económico destacaron señales de recuperación domésticas y externas.
El equipo económico realizó ayer un repaso por las principales líneas de política económica que tiene en marcha, evaluó algunos de sus resultados y puso sobre la mesa los desafíos todavía pendientes de cara a los próximos tres años, con una mirada optimistas sobre la recuperación de la actividad.
Durante el tradicional Foro Económico organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), las principales autoridades del Ministerio de Economía, el Banco Central (BCU) y la OPP se empeñaron en trasmitir el mensaje de que, a pesar de los shocks negativos externos y el contexto regional caracterizado en el último tiempo por la caída de la actividad en Argentina y Brasil, la economía uruguaya cerrará el año con un crecimiento de 0,5%.
En esa línea, el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Andrés Masoller, sostuvo que para 2017 "la expectativa es de una mejora global para el país. La fase a la baja del crecimiento económico estaría llegando a su fin", afirmó el jerarca.
Masoller enumeró algunas señales de recuperación en indicadores domésticos vinculados a la demanda interna y externa. Además, mencionó la mejora en los precios de algunos productos de exportación como soja, arroz y lácteos, que sin ser "extraordinarios" dinamizan al sector agropecuario, dijo.
También definió como "una buena noticia" el desempeño con crecimiento que se espera para las economías de Argentina y Brasil en el año entrante. Según comentó, la "mala noticia" vino con el resultado de las elecciones en Estados Unidos porque genera "efectos desfavorables", como la suba de las tasas de interés de largo plazo y el riesgo potencial de medidas proteccionistas. "Es un escenario que de confirmarse va a tener efectos negativos sobre el país y van a tener que ser tenidos en cuenta. Pero esto se compensa con otros elementos de la coyuntura internacional que actúan favorablemente", dijo Masoller.
En otra parte de su presentación, Masoller sostuvo que si a las proyecciones de recuperación gradual de crecimiento del país, se le suma el crecimiento esperado por la instalación "altamente probable" de una tercera planta de celulosa, Uruguay recuperaría la senda de crecimiento a tasas de 4% sobre finales del actual período de gobierno en 2019.
"Un aspecto fundamental no solamente es crecer, sino evitar esos procesos tan graves que producen deterioro social y que se ven en variable macroeconómicas como empleo y salario. Observemos la realidad de Uruguay y de Brasil. Todo lo que se fue avanzando en años se perdió en poco tiempo debido a las crisis. Uruguay está tratando de evitar una crisis y creo que lo estamos haciendo basten bien", afirmó.
Por otro lado, el gobierno anunció que tiene previsto ejecutar US$2.600 millones el año próximo año en obras de viabilidad y de generación de energía, de acuerdo a lo previsto en el plan quinquenal de infraestructura.
Se espera que ese "salto" el ejecución de inversiones tenga "impacto importante" sobre la actividad. En la última ley de Rendición de Cuentas, el gobierno estimó que la economía crecerá 1% en 2017, 2% en 2018 y 3% en 2019.
"Déficit estabilizado"
En relación al déficit fiscal, Masoller sostuvo que se logró estabilizar su trayectoria negativa y ahora el desafío pasa por reducirlo. El jerarca sostuvo que las empresas públicas "están colaborando" en esa dirección y que también el gobierno central "está haciendo un esfuerzo en achicar la expansión del gasto", que este año cerrará con crecimiento real de 1%.
Eso se explica de forma exclusiva por el gasto endógeno, asociado al pago de pasividades y recursos transferidos al Fondo Nacional de Salud (Fonasa). La meta que persiguen las autoridades es mejorar el resultado fiscal en un punto del Producto Bruto Interno (PIB) a 2019 hasta 2,5% (hoy está en 3,5%).
Por otro lado, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, hizo hincapié en la necesidad de seguir diversificando la estructura de la producción del país. "No es una opción para Uruguay, es un imperativo. La producción cuando se diversifica se complica y tiene una trama cada vez más densa de articulaciones. Esa complejidad es un signo, por lo general de prosperidad", dijo Astori.
Sobre la inserción internacional del país, Astori recordó que las grandes potencias han renunciado al multilateralismo y hoy trabajan en base al plurilateralismo, buscando grandes acuerdos. "Uruguay debe buscar un lugar en ese mundo que avanza sobre la base de esos acuerdos", dijo el ministro y añadió que la experiencia regional de integración "no puede ser la estación terminal de inserción, sino una plataforma de lanzamiento".
Proyectan cambios en sistema previsional
Durante su exposición en el Foro ACDE, el presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, mencionó la necesidad de que haya un "fortalecimiento" del marco regulatorio actual del mercado de seguros previsionales. En esta línea, hizo alusión al proyecto de ley –ya a estudio del Parlamento– que busca introducir determinados cambios al régimen actual que determina las jubilaciones.
"En el sistema de capitalización de la seguridad social las AFAP administran el fondo de pensiones hasta el día que uno se retira", dijo Bergara, quien añadió que a partir de ese momento "lo que se hace es comprar una renta previsional en una empresa de seguros". Por tanto, quien "sirve" la pasividad no es la AFAP sino una empresa de seguros, puntualizó el jerarca.
El presidente del BCU señaló que se busca la certeza de que el fondo de pensión tendrá "las reservas técnicas adecuadas" y éstas estén "separadas del resto de las reservas que tienen las empresas de seguros para los siniestros que atienden".
Asimismo, se quiere asegurar la existencia de "ciertos criterios" que guíen en qué pueden invertir ese fondo, fuente de donde sale el dinero para pagar las jubilaciones.
Entre otros cambios, Bergara indicó que se trata de actualizar las tasas de mortalidad. En 1996 –cuando se diseñó el sistema previsional que rige actualmente– los uruguayos vivían en promedio dos años menos que hoy. La falta de modificación en estas dos décadas genera "una presión fuerte para un sistema de seguridad social", sostuvo.
El objetivo es que estas tablas sean "dinámicas", y que se actualicen de manera sistemática con la información disponible en el Banco de Previsión Social (BPS), para evitar desfasajes como las que se ven hoy. Además, hace 20 años no se consideraba que las mujeres dejaran pensiones. Hoy los números muestran que lo hacen en cantidades similares a los hombres, lo que motiva otro ajuste a la reglamentación existente hasta ahora. Bergara calificó al tema como "muy serio", y agregó que se trata de "proteger el ahorro de los trabajadores y las pasividades de los trabajadores".
Por otro lado, el presidente del BCU también se refirió a las presiones inflacionarias. Dijo que pese a las bajas de estos meses (la última medición la colocó en 8,1% interanual a noviembre), la inflación todavía está "más alta de lo que el gobierno, las autoridades y la sociedad uruguaya desean". La política monetaria del BCU, agregó, "debe seguir teniendo un sesgo contractivo".