Las remesas no tienen "un flujo confiable" porque dependen del "vaivén" de la economía de los países de acogida de los inmigrantes, dijo la directora regional PNUD, Jessica Faieta.
Las remesas que los inmigrantes mandan a sus familias "ayudan" a la economía de un país, pero éste debe crear su propia riqueza y no ver esos envíos "como la solución de sus problemas", señaló la directora del PNUD para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta.
Las remesas no tienen "un flujo confiable" porque dependen del "vaivén" de la economía de los países de acogida de los inmigrantes, dijo la directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en entrevista con Acan-Efe en San Salvador.
Remarcó que "las remesas siempre van a ser, obviamente, (importantes) para las personas que las reciben; siguen siendo una red de protección, pero no debe ser lo que los gobiernos cuentan como la solución de sus problemas".
Los emigrantes remitieron US$61.252 millones a América Latina y el Caribe en 2013, casi la misma cifra que en 2012, indicó en junio pasado un informe del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), del grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según datos del Banco Mundial (BM), se calcula que en la actualidad cerca de 26 millones de latinoamericanos trabajan fuera de sus países, la gran mayoría en Estados Unidos.
En algunos países de Centroamérica las remesas familiares son la principal fuente de divisas y su peso en el producto interior bruto (PIB) va del 10% en Guatemala o Nicaragua, al 16% en El Salvador o el 25% en Honduras.
Faieta, que también es subsecretaria general de Naciones Unidas, recordó que "el impacto de las remesas como uno de los elementos de la economía de estos países" de América Latina y el Caribe "viene siendo muy importante por ya muchísimos años".
La migración es "una realidad no solamente de estos países", pero la remesa "no puede ser una fuente en la que el país totalmente, únicamente", vea una salida a sus problemas, sino que tiene que "generar sus propios ingresos", añadió.
"Por eso la importancia del espacio fiscal, del acceso a recursos, tanto del crecimiento interno y del crecimiento económico, pero también la búsqueda de recursos de otros puntos", insistió.
Faieta indicó que "las remesas también están sujetas al vaivén de las economías de los países donde hay (...) migrantes" y recordó que en los últimos años en algunos "ha habido crisis económica", por lo que esos trabajadores han enviado "menos remesas".
"Por supuesto que (las remesas) ayudan (...), pero no es fácil siquiera de saber cuándo van a venir, si van a venir; no es algo que tiene un flujo confiable", sino que es volátil, puntualizó.
Faieta visitó El Salvador con motivo de la presentación del Informe de Desarrollo Humano 2014 para América Latina y el Caribe, que advierte que más de 200 millones de habitantes de la región están en riesgo de caer en la pobreza luego de un período de disminución de este flagelo y de crecimiento de la clase media.
Esa vulnerabilidad afecta tanto a personas como a países, cuyas amenazas van desde la crisis económica hasta los desastres naturales, según el documento.
La funcionaria de Naciones Unidas señaló a Acan-Efe que una de las vías para enfrentar esa amenaza en lo social "es el empleo para los jóvenes", pero "también la creación de un empleo más sólido, no únicamente el empleo informal".
También reafirmó la necesidad de fortalecer la protección social universal en la región, lo que en algunos países significa "ampliar una política que ya existe para incluir a los grupos más vulnerables".
Faieta recalcó que Centroamérica y el Caribe "son particularmente vulnerables" a pesar de que sus países están "catalogados como de renta media, es decir, que sus ingresos son relativamente altos".
"Pero son países, al mismo tiempo, que están con alto nivel de endeudamiento, lo cual les cierra el espacio fiscal y los recursos internos (...) para hacer las inversiones que necesitan tanto para su crecimiento económico como para protección social de su población", aseveró.
Por ello, exhortó "a la comunidad internacional a reconocer las vulnerabilidades de estos países, donde un apoyo adicional puede absolutamente ayudar a estos países" a reducirlas "y a seguir adelante en su camino del desarrollo".