Es irónico, ya que el sector más pobre debería ser el que aproveche más las estrategias de ahorro y, en su lugar, termina gastando más.
Cuando se trata de hacer las compras, un consumidor sabe que puede ahorrar más si compra mayores volúmenes. También sabe que estar al tanto de las ofertas le permitirá ahorrar en el gasto de ciertos productos.
No obstante, las personas de menores ingresos no pueden aplicar estas estrategias al adquirir los bienes que necesitan ya que los bajos ingresos los limitan para hacer compras de mayoreo.
Es irónico, ya que el sector más pobre debería ser el que aproveche más estas estrategias y, en su lugar, termina gastando más.
Una investigación realizada por la Ross School of Business de la Universidad de Michigan, encontró que las personas pobres gastan en papel higiénico, un bien indispensable en cualquier hogar.
Mientras que un hogar con un ingreso promedio puede elegir el paquete de 48 rollos, —cuyo costo por unidad se reduce— las familias pobres sólo pueden elegir los paquetes de cuatro rollos y, como el consumo del producto se mantiene, seguirán gastando en las presentaciones pequeñas, cuyo costo a la larga es mayor.
La investigación titulada 'Frugality is hard to afford' (La Frugalidad es difícil de costear), analizó los datos de más de 100.000 hogares en Estados Unidos durante un periodo de siete años y descubrió que, a pesar de que los hogares pobres compraron marcas más económicas, aun así pagaron aproximadamente 5,9% más por hoja de papel higiénico.
No sólo no pueden aprovechar los precios al mayoreo, tampoco pueden aprovechar las ofertas que las tiendas ofrecen por tiempo limitado.
"Los consumidores de la clase media compran cuando el precio es adecuado y pueden esperar cuando lo consideran elevado. Pero las personas pobres no tienen ese lujo", aseguró al Washington Post la profesora Yesim Orhun, autora de la investigación.
El caso específico del papel higiénico revela una realidad mucho más preocupante: ser pobre es caro. Tener el dinero suficiente les permite a las personas pagar menos en sus compras.
Hay muchas formas de ahorrar, pero esto implica tener acceso a herramientas como una membresía del supermercado que te permite comprar grandes volúmenes o poder darse el lujo de no gastar ahora para aprovechar las ofertas del mes siguiente.
El estudio — asegura Orhum— deja ver que las estrategias de ahorro quedan relegadas ante la urgencia de las necesidades de las personas pobres y esto quiere decir que tampoco le dan importancia a la planeación financiera.