"Argentina está de vuelta", proclamó el ministro en su primer contacto con empresarios en la capital de España.
Prat Gay pidió disculpas a los inversores españoles por el trato recibido durante el gobierno kirchnerista y prometió "reglas de juego previsibles", al disertar ante empresarios y políticos en Madrid, en el inicio de su visita de dos días a España.
"Argentina está de vuelta", proclamó el ministro en su primer contacto con empresarios en la capital de España, ante los que presentó un panorama de la situación del país en el marco del Forum Nueva Economía, una organización de debate que suele congregar en el Hotel Ritz a la élite política y económica española.
"Estamos reparando el vínculo dañado y ordenando la situación interna. España es un país primordial para nosotros, por eso tiene tanta importancia esta visita, que será la primera de varias, incluida la del presidente Mauricio Macri antes de enero", dijo Prat Gay en conferencia de prensa.
A pesar de que existe una gran incertidumbre sobre el futuro político de España, que volverá a las urnas el 26 de junio próximo, con su visita a Madrid el ministro dejó claro que la relación bilateral es prioritaria para los planes económicos del gobierno argentino, que busca atraer inversiones al país.
“Queremos que España gane a Estados Unidos”, afirmó Prat Gay, animando a los empresarios españoles a competir por el lugar de primer inversor en la "nueva" Argentina, que ofrece "vastas oportunidades".
"Pido disculpas por los últimos años. Yo sé lo que han sufrido los capitales en Argentina y les agradezco su paciencia”, sostuvo Prat Gay durante su intervención.
El ministro calificó de "disparate" lo que se hizo con Repsol - por la expropiación de YPF al grupo Marsans durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner-, aunque aclaró que "la compensación no fue insuficiente".
"No creo que se hubiesen guardado los bonos, pero hubiesen tenido un retorno del 30%", apuntó.
A pesar de ello, Prat Gay señaló que el trato a la inversión extranjera fue "una de las manchas del gobierno anterior, que le costó caro al país no sólo en términos de reputación sino también a nivel financiero".
Para ello, el ministro abogó por fortalecer el Estado de derecho, "con reglas de juego que no se cambien y sean previsibles".
"Esa es una promesa de Macri. Y esto es un compromiso para saldar las deudas", subrayó.
"No podemos más que prometer que estas cosas no van a volver a suceder", afirmó Prat Gay, quien fue presentado con grandes elogios por la vicepresidenta del gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría.
Según la "número dos" del Ejecutivo del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, el gobierno de Macri es "una apuesta por recuperar el pulso vitalista de una nación moderna y avanzada, mediante un ambicioso programa de regeneración política y económica".
"Recibimos una situación fiscal muy delicada, no tanto por defecto de ingresos, sino por derroche del gasto", explicó por su parte Prat Gay a la selecta audiencia, al referirse al deterioro de las cuentas públicas, con un déficit del 6% en 2015.
"Entre los capítulos de derroche se incluye la corrupción obscena del gobierno anterior que está siendo investigada por la justicia y que debe ser investigada, y nosotros llevaremos si hace falta las pruebas que haya que llevar", agregó, cargando con dureza contra el legado del kirchnerismo.
"Entendemos que fueron 12 años de destrucción sistemática de las reglas, las estadísticas y compromisos, y creemos que sería prudente decir que necesitamos cuatro años" para revertir la situación, dijo Prat Gay.
De acuerdo con el ministro, se trata de "cuatro años críticos", ya que "si no nos salen bien las cosas el riesgo es que volvamos a los experimentos populistas que no funcionaron en el pasado".
El funcionario ahondó en que la Argentina "no tiene un problema de recursos, por eso el programa del gobierno es reducir algunos impuestos en sectores claves", aunque aclaró que "no lo podemos hacer hasta que hayamos ordenado la cuestión fiscal".
"Tenemos un programa ambicioso, porque mejorar las cuestas en una economía estancada -no hay expectativas de crecimiento- es mucho más ambicioso que en una economía en expansión. Para el próximo año tenemos un objetivo de déficit de 3,3% del PIB, para cerrar en 2019 con un 0,5%", precisó.
Asimismo, el ministro destacó que el gobierno recibió "un nivel de deuda pública históricamente bajo", que "permite financiarnos con gradualismo".
Por otro lado, el ministro defendió la "operación de blanqueo" como una de las vías para "obtener los recursos fiscales" que se necesitan, por ejemplo, para "ponernos al día con los jubilados".
Ante preguntas de los participantes del foro, el ministro aseguró que "no hay planes de llevar a cabo una reforma laboral", y sobre el problema de la inflación, Prat Gay dijo en la conferencia de prensa que sigue manteniendo la proyección del 25% para este año.