La fuente, que pidió no ser identificada para hablar con mayor libertad, dijo que el Gobierno también estaba considerando medidas adicionales tendientes a reducir costos empresariales e impulsar la inversión, aunque se negó a brindar más detalles.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, está evaluando cambios a las leyes de pensiones, impuestos y laborales que estimularían la economía sin afectar las medidas de austeridad fiscal, dijo a Reuters un funcionario del Gobierno con conocimiento del tema.
La fuente, que pidió no ser identificada para hablar con mayor libertad, dijo que el Gobierno también estaba considerando medidas adicionales tendientes a reducir costos empresariales e impulsar la inversión, aunque se negó a brindar más detalles.
"El país necesita medidas de estímulo, pero sin incurrir en costos fiscales", dijo el funcionario brasileño. "No vamos a dar más exenciones impositivas o crédito barato. No vamos a usar el modelo pasado", agregó.
Frente a la peor recesión de los últimos 25 años, Rousseff está bajo la presión del Partido de los Trabajadores, al que pertenece, y de los sindicatos para que reactive la economía con los beneficios fiscales y los créditos subsidiados que erosionaron las finanzas del país sudamericano durante su mandato del 2011 al 2014.
Tras una serie de desacuerdos públicos sobre el ritmo de la austeridad, Rousseff reemplazó al ministro de línea fiscal dura Joaquim Levy por el economista de izquierda Nelson Barbosa en la cartera de Hacienda.
No obstante, la mandataria se ha comprometido a seguir los planes de Levy de aumentar los impuestos y reducir los gastos para reequilibrar las deficitarias cuentas públicas y recuperar la confianza de los inversores en la mayor economía de América Latina.
A ese ajuste fiscal se oponen muchos aliados de Rousseff en el Congreso, que se espera que decida en marzo sobre un proceso de juicio político a la presidenta. Unas elecciones municipales que se realizarán más adelante este año también están aumentando la presión sobre el Gobierno para que efectúe más gastos.
Los datos probablemente mostrarán que la economía de Brasil se contrajo casi un 4 por ciento en 2015, luego de que un escándalo masivo de corrupción en la compañía controlada por el Estado Petrobras y un profundo estancamiento político minaron la confianza empresarial, dijeron economistas.
Los analistas prevén que la economía brasileña se volverá a contraer este año, en lo que serán los primeros retrocesos anuales consecutivos desde la Gran Depresión de 1930.