Temer iba a tomar juramento al legislador Carlos Marun como su ministro de Asuntos Políticos a cargo de reunir el apoyo necesario para una impopular reforma oficial al costoso sistema previsional, una medida considerada clave para domar el déficit presupuestario y que el Gobierno busca aprobar contrarreloj.
Brasilia. El presidente brasileño, Michel Temer, pospuso encuentros programados el jueves para debatir sobre la votación en el Congreso de una reforma clave al sistema de pensiones, mientras se recupera bien en el hospital de una cirugía menor por la que no retomará labores hasta el viernes, informó su oficina.
Temer iba a tomar juramento al legislador Carlos Marun como su ministro de Asuntos Políticos a cargo de reunir el apoyo necesario para una impopular reforma oficial al costoso sistema previsional, una medida considerada clave para domar el déficit presupuestario y que el Gobierno busca aprobar contrarreloj.
El mandatario brasileño también tenía previsto reunirse con líderes de ambas cámaras del Congreso para debatir si la reforma tenía suficiente apoyo para ser sometida a votación o si se debería esperar hasta febrero, cuando se retoman labores tras el receso de fin de año.
El líder del Gobierno en el Senado, Romero Jucá, sorprendió a la administración de Temer el miércoles al declarar que la coalición gobernante había acordado que la votación debía ser pospuesta hasta el año próximo para dar tiempo a asegurar los votos necesarios para su aprobación.
El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, quien quiere que la nueva legislación entre en vigencia lo antes posible para ayudar a equilibrar las cuentas públicas, dijo que no hubo tal acuerdo e instó a los legisladores a votar la reforma la semana que viene, la última antes del receso.
El proyecto estipula que los brasileños trabajen más años antes de jubilarse y recorta las generosas pensiones para empleados del sector público. Muchos creen que los legisladores podrían ponerse más reacios a su aprobación en 2018, ya que es un año electoral.
Los inversores temen que un fracaso pueda debilitar los mercados cambiario y bursátil del país, a la vez que incentive las tasas de interés y pueda provocar nuevas rebajas en la calificación crediticia de Brasil el año próximo.
Temer advirtió el miércoles que la economía se vería afectada si la reforma no se aprueba. Pero tuvo que interrumpir una ola de encuentros en busca de apoyo al proyecto y viajar a São Paulo para una cirugía en la uretra, que su oficina informó que fue exitosa y requería 48 horas de reposo hasta el viernes.
