El primer ministro Silvio Berlusconi provocó una creciente alarma sobre el fracaso de su dividido gobierno en aprobar medidas para reducir la deuda del país, que asciende a 1.9 billones de euros (US$2.726 millones).
Cernobbio, Italia. El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, reiteró sus advertencias sobre las finanzas públicas de Italia, y dijo al gobierno de centro-derecha del país europeo que debe actuar rápidamente para tranquilizar a los temerosos mercados.
El primer ministro Silvio Berlusconi provocó una creciente alarma sobre el fracaso de su dividido gobierno en aprobar medidas para reducir la deuda del país, que asciende a 1.9 billones de euros (US$2.726 millones).
Tras una semana de presión de mercado sostenida y creciente sobre los bonos italianos, Trichet repitió que el gobierno debía cumplir la promesa del mes pasado de un plan definido para equilibrar al presupuesto para el 2013 y aprobar reformas destinadas a impulsar a la estancada economía italiana.
"Es esencial que las metas anunciadas para reducir el déficit sean totalmente confirmadas e implementadas. Esto es absolutamente determinante para consolidar y reforzar la calidad y la credibilidad de la estrategia italiana y su solvencia", señaló.
El BCE, que ha estado comprando bonos italianos en el mercado en un intento por reducir los rendimientos de deuda y evitar el aumento insostenible en los costos de crédito de la tercera mayor economía de la zona euro, ha intensificado sus advertencias diciendo que Roma debe actuar rápido.
Ha habido rumores de que podría reducir sus compras para presionar a Roma a actuar más rápidamente en aprobar un disputado paquete de medidas de austeridad por 45.500 millones de euros que ahora está en el Parlamento.
Pero cualquier indicio de reducción en el programa podría provocar una liquidación de mercado que empujaría a la nación a una emergencia como la de Grecia.
Aumentando la creciente urgencia de la situación, la prima que demandan los inversores por tener deuda italiana en vez de los bonos de referencia alemanes subió el viernes a 331 puntos base, la cifra más rápida desde que el BCE empezó a comprar papeles italianos, en agosto.
Los rendimientos de los bonos italianos a 10 años cerraron la semana a 5,29%, regresando al nivel de 7% que se consideraba generalmente como inmanejable.
Divisiones políticas. El presidente italiano, Georgio Napolitano, se sumó a los pedidos para tomar acciones concretas y dijo que una sucesión de gobiernos no había logrado evitar que la enorme deuda pública se saliera de control, por lo cual era esencial tomar medidas de inmediato.
"Hemos tambaleado al tomar de forma coherente medidas que deberían haber aliviado y reducido la enorme carga de la deuda pública acumulada", afirmó en una conferencia en Cernobbio.
Las divisiones de gabinete han perjudicado los esfuerzos por finalizar el paquete. El ministro de Economía Giulio Tremonti parece tener cada vez más diferencias con Berlusconi y con el resto del gobierno.
Persisten rumores de que el gobierno podría caer antes del término de su período, quizás siendo reemplazado por un tiempo limitado por un gobierno de tecnócratas.
Este sábado, la oficina de Berlusconi negó un reporte del diario Corriere della Sera que decía que él había atacado la insistencia de Tremonti por mantener rigor en el presupuesto aún a expensas del crecimiento económico, la última de una larga serie de informes de ese tipo.