Rafael Correa anunció un conjunto de reformas al Código del Trabajo durante una multitudinaria concentración del oficialismo en Guayaquil, donde volvió a mencionar la posibilidad de su reelección.
Decenas de miles de trabajadores, empleados públicos y simpatizantes del movimiento Alianza País recordaron en el centro de esa ciudad una masacre de obreros ocurrida hace 92 años, que generó el nacimiento del movimiento sindical en el país.
La concentración supuso también el primer acto en el que participa la Central Única de Trabajadores (CUT), un gremio organizado a instancias del oficialismo, que congrega a trabajadores públicos y privados.
Correa identificó cinco ejes sobre los que se sustenta su reforma y que incluye la "profundización del derecho a la estabilidad", la "búsqueda de equidad", la "modernización del sistema salarial", la "democratización de la representatividad" sindical y la "universalización de la Seguridad Social". Las reformas propuestas por el Ejecutivo fueron entregadas a la presidenta de la Asamblea Nacional (el Parlamento ecuatoriano), la oficialista Gabriela Rivadeneira.
El mandatario izquierdista, que sustituyó su habitual informe sabatino de radio y televisión con su participación en la concentración en Guayaquil, pasó revista a varias de las políticas laborales que ha aplicado en su administración como "el salario digno" y la eliminación de la subcontratación, entre otras. Recordó que en su país la tasa de desempleo ha llegado a mínimos históricos y resaltó el "pleno empleo" ofrecido a personas con discapacidad: "Las demandas de los trabajadores han sido atendidas como nunca antes, porque somos el Gobierno de los trabajadores", aseguró al remarcar que en Ecuador se han aplicado políticas innovadoras e inéditas para solucionar las tensiones entre el trabajo y el capital.
Correa mencionó que las reformas incluyen la eliminación de despidos sin indemnización para contratos de plazo fijo por más de dos años, así como a las mujeres embarazadas. También se contempla el pago de un año de sueldo adicional por despido a personas en virtud de su orientación sexual o que pertenezcan a grupos minoritarios como ancianos, indígenas, personas con discapacidad o afrodescendientes.
Asimismo, se propone crear umbrales salariales dentro de las empresas, para corregir las diferencias entre las remuneraciones de los empleados y los patronos. A ello se sumaría la regulación al pago de utilidades, para que los excedentes de esos rubros financien las pensiones de jubilación de trabajadores informales o autónomos y las "trabajadoras del hogar" (amas de casa), que las reformas buscan integrar al universo de trabajadores contemplados por el sistema de Seguridad Social.
Las reformas también apuntan a la democratización en los sindicatos, para que sus dirigentes sean elegidos por el voto de los trabajadores, un asunto que también ha propuesto que se extienda a las centrales sindicales, algunas de las cuales son opuestas a su gestión.
Alusión a la reeleción. Además, el mandatario volvió a referirse a las enmiendas constitucionales que tramita la Asamblea Nacional y que incluyen la reelección indefinida, lo que le daría luz verde para postular en los comicios de 2017.
Correa, que llegó al poder en enero de 2007, aseguró que su decisión personal fue la de no presentarse a dichas elecciones, pero dijo que si el proceso de la "Revolución ciudadana" que dirige se ve en peligro, asumirá el reto que le imponga la historia: "Nunca quise la enmienda para la reelección, pero debemos ser conscientes del momento histórico que vivimos", añadió el mandatario, quien dice temer que grupos de derechas organicen un "golpe blando" contra su gobierno.
Según Correa, ese tipo de maniobras ya se han observado en Venezuela y Brasil y, en su país, la oposición pretendería "crear conmoción social para alentar la caída o derrota de la Revolución ciudadana".