Wen Jiabao prometió este miércoles hacer a la economía más resistente a las presiones externas, desinflar los precios de las viviendas y los riesgos de inflación, todo con vista a su último año en el poder.
Pekín. China debe adoptar un crecimiento más lento y reformas políticas más osadas para evitar que su economía tropiece y repartir la riqueza más equitativamente, dijo el primer ministro Wen Jiabao, prometiendo utilizar su último año en el poder para reducir el descontento social.
Wen prometió este miércoles hacer a la economía más resistente a las presiones externas, desinflar los precios de las viviendas y los riesgos de inflación, además de lidiar con los 10,7 billones de yuanes (US$1,7 billones) en deuda acumulada por los gobiernos locales y promover el cambio político.
"El proceso de reformas ha llegado a una etapa clave. Sin el éxito de la reforma política, las reformas económicas no pueden realizarse. Los resultados que hemos logrado pueden perderse", dijo Wen, de 69 años, a reporteros al final de la reunión anual del parlamento chino, el que ha presidido por una década.
Wen ha sido uno de los líderes chinos que más ha defendido una flexibilización de las políticas bajo el control del partido. Mientras se prepara para dejar el poder, se ha hecho el hábito de llamar con más fuerza -aunque vagamente- por reformas políticas.
El primer ministro se retirará el próximo año junto al presidente Hu Jintao, luego de una década en el poder que ha visto a China crecer para convertirse en la segunda mayor economía del mundo, pero que en el 2012 podría ver la tasa de crecimiento anual más baja de su liderazgo.
Wen, quien alguna vez fue asesor del expulsado líder reformista del partido Zhao Ziyang, también dio un pronóstico inusualmente franco sobre los riesgos para el crecimiento y la estabilidad que entraña el sistema político de China, incluso advirtiendo que el fracaso en actuar podría reavivar el caso de la Revolución Cultural de Mao Zedong.
"Una tragedia histórica como la Revolución Cultural podría ocurrir de nuevo", dijo. "Cada miembro del partido y cuadro debería tener un sentido de urgencia", afirmó.
Durante la era de ferviente comunismo de Mao Zedong, el padre y abuelo de Wen, ambos profesores, estuvieron entre las víctimas de la campaña del partido para degradar a los ciudadanos considerados con pasado sospechoso.
Wen abrió la sesión parlamentaria anual hace una semana anunciando un recorte de la meta de crecimiento económico de China a un 7,5% para el 2012 desde el 8% previsto en cada uno de los ocho años anteriores, diciendo que era necesario ayudar a transformar la economía.
"Debido a la crisis de deuda europea y un encogimiento del mercado externo, hay presiones a la baja en la economía china. Bajo esas circunstancias, bajamos la meta de ritmo de crecimiento principalmente para permitir ajustes estructurales", dijo Wen.
"Haremos reformas al tipo de cambio", prometió, agregando que la reciente actividad en los mercados de derivados de divisas de Hong Kong indicaba que el valor del yuan "posiblemente está cerca de un nivel de equilibrio".
China despegó el yuan del dólar en una medida histórica en julio del 2005 y desde entonces la moneda se ha apreciado un 30% contra la divisa estadounidense, aunque algunos críticos en Occidente dicen que Pekín aún mantiene un control muy ajustado sobre el yuan para abaratar sus exportaciones.
Durante una conferencia de prensa de tres horas, Wen intentó mostrar que no quiere ser una figura débil en sus últimos 12 meses como primer ministro, anunciando un paquete de metas para resolver las grandes disparidades de ingresos y el malestar público ante los crecientes precios de las casas.
La armonía social es una obsesión del liderazgo del Partido Comunista, que justifica su poder totalitario con la promesa de estabilidad y prosperidad para los 1.300 millones habitantes del país, de los cuales la mayoría vive en la pobreza.
El ascenso económico de China ha concentrado cada vez más la riqueza en las manos de una élite urbana, pese a la promesa de Wen de mejorar las vidas de los agricultores pobres y migrantes rurales a las ciudades.
"El desarrollo económico también produjo una distribución injusta, una falta de confianza, corrupción y otros problemas", declaró Wen.
"Estoy profundamente consciente de que resolver estos problemas necesita el avance de la reforma al sistema político, además de una reforma al sistema económico, y especialmente reforma al sistema de liderazgo del partido y el Estado", agregó.
Sin embargo, muchos analistas dijeron que era improbable que se logren grandes reformas antes de la entrega del poder, que empezaría a fines de este año, cuando Hu y Wen se retiren de sus puestos en el Partido Comunista.