La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, se reunieron con Tsipras durante una cumbre de la Unión Europea.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, acusó de "chantaje" a los acreedores de su país el viernes, después de que sus socios de la zona euro ofrecieron liberar miles de millones en asistencia congelada, en un intento de último minuto para convencerle de que acepte un acuerdo de fondos por reformas.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, se reunieron con Tsipras durante una cumbre de la Unión Europea para persuadirle de que acepte una oferta para llenar las vacías arcas de Atenas hasta noviembre a cambio de dolorosas reformas de pensiones e impuestos.
Si Grecia no sella un acuerdo durante el fin de semana, se expondrá al impago de un desembolso de su deuda con el Fondo Monetario Internacional el martes, lo que podría detonar una fuga de depósitos bancarios, controles de capital y un aumento de las dudas sobre su futuro en la zona euro.
Sin embargo, Tsipras sonó desafiante al abandonar la cumbre, asegurando a los periodistas que Grecia luchará por los principios europeos de democracia, solidaridad, igualdad y respeto mutuo.
"Estos principios no se basan en el chantaje y los ultimatums", afirmó en inglés, aunque no descartó aceptar un acuerdo y funcionarios dijeron que continúan los contactos en busca de un compromiso de último minuto.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, respondió que "no es un chantaje político cuando repetimos día tras día que estamos muy cerca de este día (30 de junio), cuando se acaba el juego".
Tsipras tenía previsto volar de vuelta a Atenas para estudiar con su gabinete y su gobernante partido Syriza sobre los próximos pasos.
Merkel dijo que, en un encuentro privado de 45 minutos, le instó junto a Hollande a aceptar la "generosa" oferta de los acreedores. [ID:nL1N0ZC0H7]
"Hemos avanzado en favor de Grecia", afirmó. "Ahora depende del lado griego dar un paso similar".
Tanto Merkel como Hollande coincidieron en que el encuentro del sábado entre ministros de Finanzas de la zona euro será decisivo para sellar un acuerdo, ya que se acaba el tiempo para asegurar la aprobación del Parlamento alemán para liberar los fondos necesarios para evitar el default griego.
Los acreedores presentaron sus términos en un documento entregado a Grecia el jueves, que indicó que Atenas podría recibir 15.500 millones de euros en fondos de la UE y el FMI en cuatro plazos hasta fines de noviembre, incluidos 1.800 millones de euros para el martes, en cuanto el Parlamento heleno apruebe el plan.
El total es ligeramente superior a lo que Grecia necesita para pagar sus deudas en los próximos seis meses, pero no contiene fondos frescos.
Un funcionario francés dijo que Merkel y Hollande también hablaron con Tsipras de las grandes diferencias sobre las reformas que los acreedores quieren que Grecia acepte -centradas en pensiones, leyes laborales y un alza del IVA-, al igual que una ampliación del programa de rescate y financiación de Atenas.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que pasó parte de la noche discutiendo los asuntos con Tsipras, afirmó que no hay un ultimátum a Grecia y que es "bastante optimista, pero no demasiado optimista" de que vaya a haber un acuerdo.
"PLAN B"
Los ministros del Eurogrupo se reunirán a las 1200 GMT del sábado y se preguntará a Grecia si acepta una oferta revisada de la Comisión, el Banco Central Europeo y el FMI, dijo un funcionario de la zona euro.
Si Grecia la rechaza, los ministros pasarán a discutir un "Plan B", con preparativos para limitar el daño de un default a los bancos griegos y otros países y mercados de la zona euro, dijo el funcionario. [ID:nL1N0ZC0M4]
Sin embargo, Merkel y Hollande se resisten a hablar en público de un "Plan B", afirmando que sus esfuerzos se centran en lograr un pacto para mantener a Grecia en la zona euro.
Los funcionarios dijeron que las discusiones para reconciliar las posiciones de los acreedores y los griegos continuaban detrás de escena, incluso a pesar de que Grecia sigue denunciando las propuestas de los prestamistas.
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, volvió a disparar al enfoque de los acreedores en una entrevista el viernes con una radio irlandesa, diciendo que sus demandas de aumentos de impuestos y recortes de pensiones como condiciones para la ayuda ponían a Grecia en una posición imposible.
"Estoy en contra de aumentar el impuesto corporativo, pero otra vez, estoy en contra de aumentar el impuesto a los hoteles y en contra de recortar las pensiones de personas que viven debajo de la línea de pobreza", dijo a la radio irlandesa RTE.
"Estas cuestiones me colocan a mí y mi gobierno en una posición imposible, teniendo que hacer una mala decisión entre decisiones realmente difíciles".
Pero no descartó la posibilidad de aceptar los términos.
Dramatizando la decisión que enfrenta Atenas, el miembro alemán de la Comisión Europea, Guenter Oettinger, dijo que Grecia tenía cinco días para evitar una salida de la zona euro.