"La confianza del inversor en las auditorías ha sido golpeada por la crisis y considero que en este sector los cambios son necesarios", dijo este miércoles Michel Barnier, comisario de Mercado Interno de la UE.
Londres. Las cuatro principales firmas de auditoría del mundo tendrán que dividirse y cambiar de nombre según un anteproyecto de la Unión Europa (UE) para endurecer las medidas sobre los conflictos de interés y las carencias que puso en evidencia la crisis financiera.
"La confianza del inversor en las auditorías ha sido golpeada por la crisis y considero que en este sector los cambios son necesarios", dijo el miércoles Michel Barnier, comisario de Mercado Interno de la UE.
Los encargados de las políticas cuestionaron los motivos por los que las auditoras dieron informes impolutos a muchos bancos que luego debieron ser rescatados por los contribuyentes cuando empezó la crisis financiera.
Barnier dijo que los recientes errores aparentes en las auditorías a los bancos de AngloIrish y Lehman Brothers, a BAE Systems y a Olympus, "sugieren con fuerza que las auditorías no están funcionando como deberían".
Se requiere una supervisión más robusta y "más diversidad en el que es un mercado demasiado concentrado, especialmente en el extremo superior", afirmó.
Sólo cuatro auditoras -Ernst & Young, Deloitte, KPMG, y PwC- revisan las cuentas de la mayoría de las compañías líderes en el mundo, una situación que la Comisión dijo era "en esencia un oligopolio".
Según el plan de Barnier, las grandes firmas auditoras -las cuatro principales- tendrán que separar las actividades de auditoría de las que no estén vinculadas a esa actividad, como gestión de impuestos y otros servicios de asesoría "para evitar todos los riesgos de conflicto de interés".
Claire Bury, una de las principales responsables que está a las órdenes de Barnier, dijo que los planes, si son aprobados por los países de la UE y por el Parlamento Europeo, tendrán impacto sobre los modelos de negocios de las "Cuatro Grandes".
Las operaciones de las grandes firmas -que se definen como las que tienen ingresos por más de 1.500 millones de euros en la UE- que sean de auditoría tendrán que tener estructuras legalmente separadas.
"Además, tendrán que cambiar los nombres. Supongo que tendremos problemas de marca al final", dijo Bury durante una rueda de prensa.
Responsables de la Comisión dijeron el sector necesitaría tiempo para adaptarse, pero que esperan que las nuevas normas estén en vigor en un periodo de tres a cinco años.