La Reserva Federal publicará el miércoles la segunda serie de resultados de las pruebas que realiza anualmente a grandes bancos desde 2009, con las que intenta determinar qué tan fuerte serían los bancos ante una crisis imprevista.
Nueva York. Las pruebas de tensión creadas para bancos por los reguladores estadounidenses tras la crisis financiera de 2008 podría demostrar su valor esta semana, brindando un mensaje oportuno sobre la resistencia de los bancos en medio de la turbulencia generada por la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
La Reserva Federal publicará el miércoles la segunda serie de resultados de las pruebas que realiza anualmente a grandes bancos desde 2009, con las que intenta determinar qué tan fuerte serían los bancos ante una crisis imprevista, con economías en caída libre, derrumbes de los mercados y contrapartes en riesgo de fallar.
Y aunque las tensiones que evalúa la Fed son en este caso imaginarias, varios analistas afirman que los resultados deberían tranquilizar a inversores preocupados sobre la exposición de los bancos al "Brexit", un resultado que tomó por sorpresa al mundo y a los mercados.
Los inversores podrían sentirse tranquilizados por el hecho de que los escenarios de las pruebas de tensión de la Fed son mucho más duros que cualquier cosa que hasta ahora hayan enfrentado los bancos debido al "Brexit".
En una prueba de tensión estandarizada, cuyos resultados fueron publicados la semana pasada, el escenario muy adverso de la Fed contempla que el mercado bursátil pierda la mitad de su valor y que el desempleo crezca un 10%, entre otros factores.
Los resultados del miércoles tendrán escenarios de estrés ajustados para los diferentes modelos de negocios de cada banco y también juzgarán la calidad de sus procesos de planificación.
En respuesta a las preocupaciones de inversores, analistas de Goldman Sachs publicaron un reporte el lunes mostrando cómo podría afectar el "Brexit" las utilidades del sector financiero de Estados Unidos el próximo año.
Su modelo incluyó una desaceleración extrema de la actividad por fusiones corporativas, un descenso del 20 por ciento en los ingresos por transacciones en mercados de capitales, y un mantenimiento de las tasas de interés sin cambios al menos hasta fines del 2017.
Pese a ese escenario, el riesgo para las utilidades de los grandes bancos sería una caída del 13% en las ganancias por acción.