La remoción de Rousseff provocó fricciones con otros gobiernos de izquierda de Latinoamérica, ya que Bolivia, Ecuador y Venezuela llamaron a consultas a sus embajadores a modo de protesta por lo que consideraron como un "golpe".
China expresó este jueves confianza en la capacidad de Brasil de mantener su estabilidad luego de que el Senado de la mayor economía de América Latina destituyó a Dilma Rousseff de la presidencia y puso fin a un divisivo juicio político.
La remoción de Rousseff provocó fricciones con otros gobiernos de izquierda de Latinoamérica, ya que Bolivia, Ecuador y Venezuela llamaron a consultas a sus embajadores a modo de protesta por lo que consideraron como un "golpe".
La votación en el Senado de Brasil puso fin a 13 años del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y dejó en el poder al ex vicepresidente de Rousseff, Michel Temer, quien se desempeñaba como mandatario interino, y ahora tiene previsto viajar a China a fines de esta semana para asistir a la cumbre del G-20.
"Por supuesto, estamos prestando mucha atención a la situación en Brasil, entre ellos los recientes acontecimientos", dijo una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, en rueda de prensa.
"Esperamos y creemos que Brasil podrá continuar manteniendo la estabilidad nacional y el desarrollo socioeconómico y que siga teniendo un rol importante en los asuntos regionales e internacionales", declaró, cuando fue consultada sobre la destitución de Rousseff.
Ambas naciones son socias estratégicas y sus relaciones se han consolidado rápidamente en los últimos años, añadió Hua.
Brasil y China pertenecen al grupo BRICS de economías emergentes, que incluye también a India, Rusia y Sudáfrica.