Si Argentina no llega a un acuerdo con los fondos buitre, entra en default técnico. Así se lee en las noticias y se comenta en las bolsas.
En el ámbito financiero, un default es la omisión de cumplir con obligaciones de pago derivadas de un préstamo. Cuando un país no paga los intereses o el principal de bonos del tesoro, se dice que “entró en default”.
Un default puede deberse a dos causas. Una es que el país esté sobreendeudado y simplemente no cuente con los fondos necesarios para hacer frente a las obligaciones en un momento dado.
También puede ser, sin embargo, que un país esté en condiciones de pagar una deuda, pero no pueda por motivos técnicos.
Hace tres años, Estados Unidos estuvo amenazado por un “default técnico” al no querer aprobar el Congreso un aumento del límite de la deuda pública. El Estado estaba en condiciones de pagar a sus acreedores, emitiendo bonos. La negativa del Congreso a no elevar el límite máximo de las obligaciones públicas hizo que el Estado no lo pudiera hacer, lo que lo llevó al borde del “default técnico”. Finalmente el Congreso se avino a aumentar el límite y el “default técnico” no se produjo.
En el caso actual de Argentina, el Estado está en condiciones de pagarle los montos acordados a los bonistas que habían entrado en el canje con quitas de hasta el 70%. Incluso depositó los fondos correspondientes en los bancos encargados de realizar las transferencias a los bonistas.
El juez Thomas Griesa, sin embargo, dispuso que si Argentina no pagaba lo reclamado por los fondos buitre, tampoco podía pagar al resto de los bonistas. Para hacerlo efectivo dispuso el bloqueo de los fondos depositados por Argentina en los respectivos bancos.
De esa forma, si Argentina no llega a un acuerdo de pago con los fondos buitre, los bonistas que entraron en el acuerdo tampoco recibirán los pagos vencidos. Argentina habrá entrado entonces en “default técnico”.