Mauro Schneider dijo que el escenario más probable en Brasil es que se apruebe la destitución de Dilma Rousseff y que Michel Temer pase a ser "presidente pleno".
Observa.com.uy La coyuntura económica de Brasil y Argentina y su impacto en Uruguay fue el tema central de una conferencia organizada días atrás por la compañía de servicios financieros Puente. Durante la presentación, el jefe de Estrategia de Puente, Alejo Costa, indicó que desde el año próximo Argentina comenzará la "recuperación económica", que estará detrás de una consolidación fiscal y un programa monetario que considera será "exitoso". "De la mano de eso Argentina va a ser un país que dentro de las economías emergentes va a tener resultados relativamente buenos respecto a sus pares", apuntó.
El experto argentino añadió que eso tendrá efecto positivo para Uruguay si se toma en cuenta la alta correlación que existe entre los ciclos de ambos países, más allá del desacople mostrado por Uruguay en los últimos años, asociado a la inversión extranjera.
"La expectativa es que vamos a estar un poquito mejor en la segunda mitad del año", dijo Costa. En ese sentido, explicó que el gasto en infraestructura y la baja de las tasas de interés van a hacer que la política fiscal y monetaria sea "más expansiva".
También marcó como otro aspecto clave las negociaciones salariales. El formato actual hace que la mayor parte se celebre en marzo pero los salarios suben recién a partir de junio. "Su poder de compra es extremadamente bajo por lo que del lado del consumo privado llegan con la lengua afuera. En junio siempre se da un saltito", apuntó.
Por otro lado, remarcó que una de las grandes apuestas pasa por la mejora de la productividad que deberá subir junto con la llegada de inversión extranjera, para de esa forma conseguir una tasa de crecimiento de entre 4% y 4,5% que es lo que espera el gobierno.
"Argentina necesita crecer para lograr los objetivos fiscales alrededor de 4% en promedio en tres años. Es posible crecer a esas tasas, pero el contexto internacional va a tener que ayudar un poquito", señaló.
A su turno, el economista brasileño de MCM Consultores, Mauro Schneider, dijo que las expectativas están centradas en una "reanudación paulatina" del crecimiento de Brasil, asociado con la estabilización política y la mejora del entorno económico. El experto estimó que la economía brasileña crecerá de forma moderada en 2017 y 2018 a tasas de 1,3% y 2,4%, respectivamente. También señaló como el principal riesgo para el largo plazo es el déficit fiscal, si es que no se logran concretar reformas para mejorar los resultados.
Schneider dijo que el escenario más probable en Brasil es que se apruebe la destitución de Dilma Rousseff y que Michel Temer pase a ser "presidente pleno". En ese contexto, indicó que la agenda económica pasa hoy por un primer ajuste independiente de la voluntad del Congreso, que implica "una vuelta a un ambiente más liberal" y "a un nivel más bajo de intervención en el mercado", asociado también a "un cumplimiento más claro de la meta de inflación".
"Estos ajustes van a avanzar de forma significativa porque es más dependiente de la capacidad del equipo económico y hay nombres que son vistos en el mercado como gente que tiene las ideas correctas y capacidad de implementarlas", dijo.
Un segundo grupo de reformas dependientes del Congreso están asociadas a lo fiscal y pasarán por establecer límites al incremento del gasto público y por reducir su rigidez que en los últimos años ha presionado fuertemente las finanzas del Estado.
"Esto tendrá un avance paulatino. Por su complejidad enfrenta resistencias políticas y sociales más fuertes. Incluso el entorno económico es importante. Si mejora, Temer tendrá un poco más de apoyo y si empeora será más difícil avanzar con estos temas que no son populares", afirmó Schneider. El experto subrayó que se observa una "tímida" mejora de la confianza en los empresarios de la industria y los servicios asociada a que la inversión extranjera se mantiene en niveles elevados.