El equipo económico reconoció que este año la inflación va a cerrar, en promedio, muy por encima del 7,6% previsto en el Presupuesto Nacional, entregado al Parlamento en agosto del año pasado.
Observa.com.uy A fines de mayo, cuando el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, presentó los grandes lineamientos de la Rendición de Cuentas, anunció un ajuste a la baja en las proyecciones de crecimiento económico que maneja el gobierno. Junto con el texto de Rendición de Cuentas presentado ayer al Parlamento, el gobierno dio un panorama del contexto macroeconómico y actualizó sus proyecciones para el resto de las variables económicas más relevantes, con un sesgo menos optimista del que mostraba el Presupuesto.
El equipo económico reconoció que este año la inflación va a cerrar, en promedio, muy por encima del 7,6% previsto en el Presupuesto Nacional, entregado al Parlamento en agosto del año pasado. Las nuevas proyecciones oficiales se ubican al filo de los dos dígitos, en 9,9%.
La corrección se extiende a lo largo del resto del período de gestión y reconoce que la inflación se mantendrá por encima del rango objetivo por más tiempo que el que suponían las autoridades un año atrás. Las proyecciones contenidas en la exposición de motivos de la Ley de Presupuesto auguraban un aumento interanual de los precios en línea con el rango meta objetivo –de entre 3% y 7%– a partir de 2017, para terminar el último año de la gestión en el centro de esa franja (5%).
Las últimas proyecciones oficiales son más pesimistas. Suponen que la inflación recién entrará al rango objetivo en el último año de la actual administración de gobierno (2019), para alcanzar en ese período un promedio de 6,7%.
Un factor que influye en el aumento de las proyecciones oficiales de inflación es la cotización del dólar. En el proyecto de Rendición de Cuentas hay una corrección significativa por parte del equipo económico en sus proyecciones de tipo de cambio. Mientras que el año pasado preveía un aumento en la cotización del dólar de 9,8% en el promedio de este año, su estimación actual es de 17,7%. Para el año que viene también hay una corrección significativa, al pasar de 6,4% a 12,3%.
Mercado de trabajo
El mayor aumento esperado de los precios, en un esquema de negociación de salarios en términos nominales promovido por el Poder Ejecutivo y negativa a cambiar las pautas de cara a las nuevas mesas tripartitas, implicará un menor crecimiento del salario real para los trabajadores.
Este efecto es recogido por las proyecciones oficiales. Mientras que en el Presupuesto Nacional el gobierno esperaba un aumento del salario real de 2,1% para este año, la Rendición de Cuentas rebaja esa proyección a 0,9%.
Si se tiene en cuenta los cuatro años que restan del período de gobierno, la proyección de evolución del salario real para todo el período pasó de 8,3% en la Ley de Presupuesto a 5,4% en la Rendición de Cuentas presentada ayer al Parlamento.
En cuanto a la evolución del mercado de trabajo, el gobierno espera que la economía local elimine puestos de trabajo por segundo año consecutivo. Mientras que en 2015 el número de personas ocupadas se redujo 1,7%, el equipo económico prevé una caída adicional de 0,7% para 2016. De cara al próximo año, se espera una muy leve recuperación (0,1%), que se acelerará en 2018 y 2019 a 0,5% y 1%, respectivamente.
En su previsión del año pasado, el gobierno advertía una contracción del mercado laboral concentrada en 2015 de 1%, una magnitud menor a la que efectivamente tuvo lugar. Para este año proyectaba un aumento del empleo de 0,2%.
Crecimiento económico
Tal como adelantó el ministro Astori en su anuncio de fines de mayo, las proyecciones económicas fueron corregidas a la baja. En lugar de prever un crecimiento de la actividad de 2,5% para este año, anticipa que la economía se expandirá 0,5%, alcanzando una tasa de 1% en 2017 y ganando un punto adicional por año hasta 2019.
El gobierno reconoce que las medidas de ajuste fiscal tendrán un efecto negativo sobre el crecimiento económico. El texto presentado junto a la Rendición de Cuentas señala que "el menor crecimiento del gasto público previsto, conjuntamente con el menor nivel de consumo asociado a la caída de los ingresos del primer decil de la población, podrían impactar en el nivel de precios a través de una reducción de la demanda agregada". Esto, señala, "contribuirá al combate de la inflación".