Grupos de ecuatorianos descontentos y opositores convocaron el martes a través de las redes sociales a protestar y amenazaron con intensificar su reclamo en las calles.
Reformas impositivas con las que el gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa apunta a mejorar la distribución de la riqueza en el país crisparon los ánimos de una parte de la población, que las ven como un ataque al patrimonio familiar.
Grupos de ecuatorianos descontentos y opositores convocaron el martes a través de las redes sociales a protestar y amenazaron con intensificar su reclamo en las calles, mientras que el movimiento político oficialista dijo que defenderá las reformas por todos los medios.
Las reformas impositivas remitidas recientemente por Correa a la Asamblea Nacional, donde tiene mayoría, establecen un aumento de la tasa y de la base de un impuesto a las herencias y la creación de otro tributo a las ganancias extraordinarias por la venta de bienes inmuebles.
"Indudablemente es un momento de confrontación de ideas (...) y hay que hacerlo con respeto, con debate en las redes, en todos los foros y también en las calles", dijo la secretaria de movimiento político oficialista Alianza País, Doris Soliz, a periodistas.
"Es una ley justa, que ayuda al país a construir una base de equidad, de justicia social", agregó tras una reunión con el Gobierno y asambleístas del oficialismo.
Correa propone una nueva tasa para el impuesto a la herencia en base a una tabla que va hasta el 47,5 por ciento para los herederos directos, de acuerdo a un rango de valores que arranca en 70.800 dólares. Actualmente, se paga hasta el 35 por ciento desde una base de 68.800 dólares.
A pesar de que sólo el dos por ciento de los ecuatorianos pagaría el nuevo tributo, según datos del Gobierno, ya ha habido protestas espontáneas callejeras en contra de las reformas que ven como un perjuicio.
"Estamos cansados de que nos metan la mano en el bolsillo y nos quiten todo lo que puedan, es nuestro dinero, el dinero de nuestros hijos", dijo Alex Canelos, un empleado privado de 38 años, quien participó la noche del lunes en una concentración convocada por la ciudadanía para rechazar las medidas.
Correa también quiere, a través de otra reforma, grabar con un impuesto del 75 por ciento a las ganancias extraordinarias en la venta de bienes inmuebles que superen los 8.496 dólares.
Una parte de la recaudación por la plusvalía se destinará a las arcas fiscales, en momentos en que la economía atraviesa problemas de liquidez por la caída del precio del crudo, la principal fuente de ingresos externos del país sudamericano miembro de la OPEP.
Las redes sociales se saturaron el martes con mensajes a favor y contra de las reformas. El Gobierno llamaba a la población a no "dejarse engañar", mientras que los opositores pedían respeto y escribieron frases como: "mi trabajo es para mis hijos".
La Asamblea tiene 30 días para aprobar la reforma a las herencias y un tiempo indefinido para el tributo a la plusvalía.