Los legisladores republicanos mostraron poca disposición a ayudar al presidente estadounidense a que se aprueben medidas por US$350.000 millones que impulsen la economía, a menos de dos meses de las elecciones parlamentarias.
Washington. Los legisladores republicanos mostraron poca disposición a ayudar al presidente estadounidense, Barack Obama, a aprobar medidas por US$350.000 millones para impulsar la economía a menos de dos meses de las elecciones parlamentarias.
El plan de Obama incluye miles de millones de dólares en exenciones impositivas, una política que los republicanos tradicionalmente apoyarían.
Sin embargo, esta vez la principal fuerza de oposición tiene pocos incentivos para dar al oficialismo demócrata una victoria, justo cuando los sondeos muestran que los republicanos serían los grandes ganadores de la próxima elección.
Obama anunciará sus intenciones para estimular la alicaída economía estadounidense este miércoles en un discurso en Cleveland.
Fallido intento. El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, dijo este martes que había poco interés en recibir nuevas propuestas económicas de Obama, argumentando que el estímulo de US$814.000 millones impulsado por el mandatario a inicios del 2009 no había tenido el efecto deseado.
"Después de que el Gobierno prometió que un billón de dólares en dinero pedido prestado para el estímulo crearía 4 millones de empleos y mantendría la tasa de desempleo bajo el 8%, su último plan para otro estímulo debería ser recibido con escepticismo", afirmó el senador.
Obama necesita el apoyo de los republicanos, que son muchos menos que los demócratas en el Congreso pero que aún así tienen capacidad para bloquear algunos proyectos de ley.
Los republicanos esperan recuperar el control de la Cámara de Representantes e incluso quizá el del Senado en las elecciones de noviembre, lo que los dejaría en una posición de bloquear cualquier iniciativa destinada a impulsar la economía.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que el Gobierno es consciente de que el Congreso sólo tiene pocas semanas para sesionar antes de entrar en receso por la campaña para las elecciones.
Gibbs señaló que el plan de Obama "no se trata sobre los próximos 60 ó 90 días", sino que es una estrategia de largo plazo para reactivar el crecimiento económico.
Bajo presión. Obama está bajo presión para crear empleos y bajar la tasa de desocupación desde el actual 9,6%, de manera de evitar una dolorosa derrota en las elecciones, pese a que los economistas coinciden en que se le están acabando las opciones.
El plan de Obama incluye US$200.000 millones en exenciones impositivas para las empresas, un impulso a la infraestructura con una inversión inicial de US$50.000 millones y un aumento en un crédito fiscal para la investigación y el desarrollo.
"Estas no son necesariamente malas propuestas, pero no enfrentan los dos grandes problemas que están golpeando a nuestra economía: un gasto público excesivo y la incertidumbre que las políticas demócratas están creando para las pequeñas empresas", dijo el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner.
Los analistas afirman que las propuestas enfocan la asistencia del gobierno en algunas de las partes más fuertes de la economía sin resolver el mayor problema: encontrar trabajo para los 14,9 millones de desempleados.