El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, se vio obligado a solicitar un paquete de ayuda ante el temor de un peor desastre a futuro, dijeron funcionarios europeos involucrados en las negociaciones.
París. Los ministros de Finanzas de la zona euro aceleraron el rescate de la Unión Europea para los endeudados bancos españoles a fin de evitar la amenaza de un pánico bancario si resurge la crisis de deuda griega, pero cualquier respiro para Madrid y el euro podría ser efímero.
Tras semanas insistiendo en que España no necesitaba ayuda para recapitalizar a sus prestamistas afectados por la mala deuda de una burbuja inmobiliaria, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, se vio obligado a solicitar un paquete de ayuda ante el temor de un peor desastre a futuro, dijeron funcionarios europeos involucrados en las negociaciones.
La zona monetaria, compuesta por 17 países, acordó prestarle a Madrid hasta 100.000 millones de euros (US$125.000 millones) para su fondo de rescate bancario, más de lo que una auditoría inicial sugería que podría necesitar, en un intento por tranquilizar a los inversionistas y erigir un nuevo cortafuegos en la crisis.
No obstante, la última medida de la zona euro tras los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal desde el 2010 podría recibir un duro golpe el próximo domingo de parte de los molestos votantes griegos.
Rajoy dijo que sus reformas evitaron que el país necesitara acceder a un rescate completo para su deuda pública, pero algunos analistas dicen que la ayuda bancaria podría ser apenas un preludio a un rescate del Estado.
Tras menos de seis meses en el cargo, el líder conservador está desesperado por evitar ese estigma, mientras que otros líderes europeos también buscan sortear este costo, que llevaría los fondos de rescate de la zona euro a su límite.
El economista jefe de Unicredit, Erik Nielsen, dijo que luego de la recapitalización de los bancos "básicamente se resolvieron las tres debilidades clave: bancos, regiones y debilidades estructurales".
Sin embargo, otros son menos optimistas.
"La carga de recapitalizar a bancos insolventes (...) recaerá sobre los ciudadanos españoles", dijo Karl Whelan, economista de la University College en Dublín. "Por esta razón, el anuncio del fin de semana bien podría terminar sacando a España de los mercados de bonos soberanos", agregó.
La cuarta mayor economía de la zona euro se ve asediada por una recesión y un gran desempleo, y ya ha ocupado el 58% de su capacidad de endeudamiento para 2012.
Moody's Investor Service dijo la semana pasada que las deudas de los países de la zona euro dependientes de fondos oficiales presentan "riesgos de grado de no inversión", adelantando un posible recorte en la calificación crediticia de Madrid. Fitch Ratings rebajó la semana pasada a España en tres escalones a "BBB", apenas por sobre la categoría basura.
El Gobierno español aún necesita refinanciar 47.300 millones de euros en deuda que vence a fines de año, y las regiones españolas tienen 15.700 millones de euros adicionales en deuda con vencimiento durante el segundo trimestre de 2012.
"Estamos muy cerca de los bonos basura y vamos a acabar en la basura", dijo en la televisión española José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney en Madrid.
"En esta situación, la clave es ver la reacción de los inversores y ver si se detiene la fuga de capitales (...) Si el proceso no se detiene, habrá más problemas de financiación", agregó.
La fuga de capitales desde los bancos españoles llegó a niveles históricos para el euro, con una salida neta de 66.000 millones de euros en marzo, en los datos mensuales más recientes. Eso fue antes de la repentina nacionalización del atribulado prestamista Bankia.