El indicador se encontraba en 467 puntos básicos para los títulos argentinos, mientras que el brasileño reflejaba 497 unidades antes del mediodía de Buenos Aires (1430 GMT).
El riesgo país de Argentina medido por el banco JP Morgan se ubicaba este miércoles por debajo de su similar de Brasil, una señal de que los inversores aumentaban las apuestas a un acuerdo del nuevo Gobierno del presidente Mauricio Macri con los tenedores de deuda soberana impaga, dijeron fuentes del mercado.
El indicador se encontraba en 467 puntos básicos para los títulos argentinos, mientras que el brasileño reflejaba 497 unidades antes del mediodía de Buenos Aires (1430 GMT).
"El mercado descuenta que Argentina sale del 'default' (cesación de pagos). El riesgo país está por debajo de Brasil y en línea con los emergentes", dijo el economista Fausto Spotorno.
Representantes argentinos iniciarán este miércoles el diálogo con un mediador judicial y con fondos de inversión que reclaman el pago de bonos incumplidos, en medio de una batalla legal de más de una década que mantiene al país sudamericano prácticamente aislado de los mercados de crédito internacional.
Macri, quien asumió la presidencia argentina el 10 de diciembre, afirmó el martes que su Gobierno demostrará la intención de solucionar el litigio que mantiene con los llamados "holdouts".
Un eventual acuerdo entre el país y sus acreedores impagos llevaría tiempo, ya que primero el Gobierno buscará modificar una ley que impide mejorar las condiciones de pago de dos canjes de deuda previos, para lo que deberá esperar a marzo, cuando el Parlamento vuelva a sesionar.
"Los bonos argentinos se mantuvieron firmes en los últimos tiempos porque las encuestas lo daban ganador a Macri y él se comprometió a solucionar el problema con los 'holdouts'", sostuvo un agente de mesa bancaria.
A mediados del 2014, el juez Thomas Griesa de Nueva York prohibió al país austral abonar vencimientos de su deuda reestructurada en 2005 y 2010 hasta que no pague miles de millones de dólares a un grupo de fondos de inversión que reclaman la cancelación total de sus bonos.
Desde entonces, el gobierno de la ex presidenta Cristina Fernández, que gobernó entre 2007 y 2015, se negó a negociar con los fondos también llamados "buitres" por muchos argentinos por considerar que buscaban extorsionar al país para obtener ganancias excesivas por bonos que compraron a precios muy bajos tras el enorme default de Argentina en 2001-2002.
Macri, un político de centroderecha, ya ha reformado muchas de las políticas intervencionistas de la gestión anterior.