Dilma Rousseff, la primera mujer en abrir la Asamblea General de la ONU, dijo que "aún hay tiempo" para impedir que la crisis se propague más si hay cooperación entre países emergentes y desarrollados.
Naciones Unidas. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo este miércoles a la Asamblea General de Naciones Unidas que países con mercados emergentes son capaces y desean participar en la búsqueda de soluciones a la crisis económica global.
Rousseff, la primera mujer en abrir la Asamblea General de la ONU, dijo que "aún hay tiempo" para impedir que la crisis se propague más si hay cooperación entre países emergentes y desarrollados.
"Esta crisis es demasiado seria para ser manejada por un pequeño grupo de países", declaró.
"Los gobiernos y bancos centrales siguen teniendo una mayor responsabilidad en llevar el proceso hacia adelante. Sin embargo, como todos los países sufren las consecuencias, todos ellos tienen el derecho a participar en las soluciones", manifestó.
Instando a los países a detener la guerra cambiaria y a combatir el proteccionismo, Rousseff afirmó que las políticas fiscales y monetarias deberían ser sometidas a escrutinio mutuo para evitar efectos no deseados en otros países que podrían llevar a un círculo vicioso de reacciones defensivas.
Brasil y otros países en desarrollo se han quejado desde hace tiempo de la política monetaria laxa de Estados Unidos, que ha causado entradas excesivas de dólares a mercados emergentes de rápido crecimiento.
Sin embargo, Rousseff también desaprobó el uso de tipos de cambio fijos, que llevan a manipulación cambiaria, en una velada crítica a China.
"Controles deben ser impuestos sobre la guerra cambiaria a través de la adopción de regímenes de tipo de cambio flotante", sostuvo.
"Eso significa poner fin a la manipulación del tipo de cambio tanto por políticas monetarias excesivamente expansionistas como por la estratagema de los tipos de cambio fijos", explicó.