"América Latina no es sólo México, Brasil y Argentina. Queremos llegar a otros países con equipos de alto valor tecnológico, como Ecuador o Bolivia", aseguró Denís Mantúrov, ministro de Industria y Comercio de Rusia.
Moscú. Rusia quiere redescubrir América Latina estimulada por las sanciones occidentales a través de un aumento de los intercambios comerciales, la transferencia de tecnología y la llegada de una nueva hornada de estudiantes a las universidades rusas.
"América Latina no es sólo México, Brasil y Argentina. Queremos llegar a otros países con equipos de alto valor tecnológico, como Ecuador o Bolivia", aseguró hoy Denís Mantúrov, ministro de Industria y Comercio de Rusia.
Mantúrov, que hizo estas declaraciones a un grupo de periodistas latinoamericanos invitados por el consorcio ruso Rostej, entre los que se encontraba Efe, destacó que "hay que aprovechar el matriarcado" en Argentina, Brasil y Chile.
"Es para sentirse orgullosos. Las presidentas saben de lo carismático que es (el líder ruso, Vladímir) Putin", comentó el ministro ruso, en relación con la presencia en la jefatura del Estado de la argentina Cristina Fernández, la brasileña Dilma Rousseff y la chilena Michele Bachellet.
Las sanciones han estimulado el interés ruso en América Latina y grupos como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), mientras las potencias occidentales "tendrán dificultadas para regresar al mercado ruso", advirtió.
"En parte, estoy agradecido al embargo occidental, ya que en los últimos cuatro años los ingenieros rusos han desarrollado 130 clases de equipos de alta tecnología, lo que implica que tendremos que desarrollar una industria propia para exportar", explicó
Mantúrov recuerda que el presupuesto no ha sufrido por la caída de los precios del petróleo, ya que "el coste está en rublos" y Rusia dispone de ingentes recuerdos naturales y minerales, sea crudo, gas, níquel, titanio, fertilizantes o aluminio.
Las relaciones con los países latinoamericanos se enmarcan en comisiones intergubernamentales y no en tratados de libre comercio al uso, ya que Rusia ha creado una Unión Aduanera y el 1 de enero próximo entrará en vigor una Unión Eurasiática con Kazajistán, Bielorrusia, Armenia y Kirguizistán.
"Lo hacemos a través de ferias y exposiciones, con la creación de empresas conjuntas. También con compañías estatales y privadas, ya que sabemos que la pequeña y mediana empresa es el motor del comercio exterior en cualquier país", apuntó.
Recordó que recientemente durante la cumbre de la APEC en Pekín comunicó a la subsecretaria de Comercio y Turismo de Chile, Katia Trusich, que las autoridades sanitarias rusas ya habían aprobado la importación de pescado chileno.
Entre otros proyectos, destacó la instalación de una empresa de montaje de camiones Kamaz en Argentina o la cooperación para abrir una línea de montaje de autobuses de la empresa brasileña Marco Polo.
Moscú está especialmente interesada en intercambiar tecnología con Brasil, donde está siendo certificado uno de los modelos de helicóptero ruso, además de proseguir la cooperación con el consorcio aeronáutico Embraer, que importa titanio ruso para sus aparatos.
Mantúrov recordó que Perú es una tierra de oportunidades, especialmente en el terreno petrolero y agrícola, y que las relaciones se intensificaron con la reciente visita del presidente, Ollanta Humala.
En el caso de Colombia, Rusia le ha suministrado helicópteros para combatir el narcotráfico o para las labores de emergencia y salvamento en lugares inaccesibles, mientras a México le acaba de vender doce aviones.
Sin olvidar las relaciones "a gran escala con un socio tradicional como Cuba" o las estrecha cooperación en todos los ámbitos, desde el energético al militar, con Venezuela desde la llegada al poder en 2000 del fallecido Hugo Chávez.
En Nicaragua, otro de los países con los que las relaciones son fluidas, Rusia participa en los planes para construir un canal alternativo interoceánico para los buques que no puedan cruzar el Canal de Panamá.
Además, Rusia tiene intención de promover proyectos en la esfera de la educación por medio del "incremento de las cuotas universitarias" para los estudiantes oriundos de América Latina.
"Para que los latinoamericanos estudien en las mejores universidades rusas. No somos robots y de las relaciones humanas dependen nuestras relaciones comerciales", aseveró.