Theresa May notificó a la Unión Europea la intención de Reino Unido de dejar el grupo en dos años.
Reino Unido inició formalmente este miércoles el proceso de divorcio de la Unión Europea (UE) tras 44 años de membresía, cumpliendo con la decisión tomada por los votantes británicos en un referéndum celebrado hace nueve meses.
El embajador británico ante la UE, Tim Barrow, entregó a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, una carta firmada por May el martes en su oficina que inicia formalmente el proceso de negociación de dos años que culminará con el Brexit.
Este es un momento histórico y sin retorno. Reino Unido abandona la UE, tomaremos nuestras propias decisiones”, dijo la primera ministra, Theresa May, a los legisladores de la Cámara de los Comunes minutos después acogerse oficialmente del Artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Hoy el gobierno actúa por la voluntad democrática del pueblo británico”, agregó.
En la carta que activó el proceso, May dijo que tanto Gran Bretaña como la UE deben trabajar duro ahora para asegurar un acuerdo.
Debemos comprometernos de forma constructiva y respetuosa, en un espíritu de cooperación sincera”, escribió la dirigente.
Según May, Gran Bretaña no dará la espalda a sus vecinos y quiere mantener una relación cordial. El país será “más fuerte, más justo, más unido y más abierto” y buscará “una nueva, profunda y especial relación con la Unión Europea”, dijo en su discurso ante los legisladores.
A pesar del tono generalmente conciliador, hubo una sombra de amenaza en la afirmación de May de que, sin un buen acuerdo, “nuestra cooperación en la lucha contra el crimen y el terrorismo se vería debilitada”.
Algunos políticos en Europa podrían considerar que Londres amenaza con dejar de cooperar en seguridad si no le dan lo que quiere.
Además, la premier insistió en que tanto la salida de la UE como la futura relación entre ambas partes, que incluye un acuerdo de libre comercio, se negocien a la vez y antes de marzo de 2019.
Sin embargo, la Unión Europea quiere centrarse en acordar primero los términos de la separación, la primera en sus 60 años de
historia.
Las negociaciones se prolongarán durante dos años y en ellas se negociará sobre más de 20 mil leyes. También se determinará el estatus legal de los británicos que ya viven en países de la UE y de los ciudadanos comunitarios que residen actualmente en Reino Unido.
En ese sentido, May afirmó que una de sus primeras prioridades es “defender el derecho de los comunitarios que ya viven en Reino Unido, pero también los derechos de los británicos que viven en otros países”.
May descartó también hacer excepciones con alguna de las regiones británcias en la negociación del Brexit. “Negociaremos como un solo Reino Unido”, afirmó ante el Parlamento.
Escocia quiere mantener un estatus especial en el mercado europeo, pero May ya anunció que sacará del mismo a todo el país y planteó a cambio la cesión de más competencias a las regiones.
Ante ese “Brexit duro” que plantea May, el Parlamento escocés aprobó el martes la celebración de un nuevo referéndum de independencia de Reino Unido, aunque para ello debe contar con el visto bueno de Londres
La separación de la UE es “un salto hacia lo desconocido”, advirtió ayer la ministra escocesa, Nicola Sturgeon.
May también aseguró que defenderá la situación especial de Irlanda del Norte para no perjudicar el proceso de paz en la provincia, así como sus estrechas relaciones con la República de Irlanda.
Recalcó que busca una frontera abierta entre las dos Irlandas para evitar el restablecimiento de las barreras del pasado, en referencia a las restricciones impuestas durante el antiguo conflicto.