La votación concluida a altas horas de la noche de este miércoles coronó el primer gran triunfo político de la presidenta Dilma Rousseff, iniciado la semana pasada cuando el mismo proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Diputados.
El senado brasileño aprobó un aumento de salario mínimo impulsado por el gobierno, pese al férreo rechazo de la oposición y las centrales sindicales que pugnaron por un incremento mayor.
La votación concluida a altas horas de la noche de este miércoles coronó el primer gran triunfo político de la presidenta Dilma Rousseff, iniciado la semana pasada cuando el mismo proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Diputados.
La iniciativa establece un mecanismo para aumento salarial basado en la inflación del año anterior y el crecimiento económico de dos años antes.
Sin embargo, para el aumento que regirá este año no se consideró el crecimiento económico porque el resultado de 2009 fue negativo, con lo cual el salario mínimo pasó de 510 a 545 reales (de US$305 a US$326 dólares al cambio actual).
La oposición en el Congreso y las centrales sindicales se dividieron con propuestas que iban de 560 a 700 reales (US$335 a US$419 dólares), pero sus ideas fueron derrotadas por una bancada oficialista sólidamente alineada atrás de la propuesta gubernamental, que alcanzó 55 votos de los 81 miembros del Senado.
El proyecto fue votado después de más de siete horas de intenso debate y el nuevo salario mínimo entrará a regir a partir del 1 de marzo. El mecanismo para calcular el reajuste salarial estará vigente hasta 2015.
El gobierno argumentó que un aumento superior a los 545 reales aprobados habría tenido graves consecuencias fiscales, en momentos de austeridad en que el gobierno hizo el mayor corte histórico en el gasto público, de 50.000 millones de reales (US$30.000 millones) en el presupuesto de 2011.
El salario mínimo es usado en Brasil para calcular los reajustes en las jubilaciones, salarios de funcionarios públicos de menor nivel y beneficios sociales.