No es mala idea. La clave del éxito, según un nuevo reporte internacional, de países como Nueva Zelandia, Islandia, Suecia e Israel, es poseer altos índices de empleabilidad de adultos mayores.
"Índice de la Edad de Oro" o "Golden AgeIndex 2017", por su nombre en inglés, de PwC, es el nuevo estudio internacional que avala la propuesta de mayor interacción con la tercera y cuarta edad. El reporte asegura que si los países en camino de envejecimiento hicieran valer el potencial de empleabilidad que tienen las personas con más de seis décadas de vida, la economía local y mundial experimentaría una variación al alza.
Desde Pwc Chile, Javier Gatica, socio de consultora internacional, explicó que si bien hoy una de cada cuatro personas tiene sobre 65 años de edad en el mundo, esa proporción está aumentando. "Nuestro estudio calcula que para 2050, una de cada dos llegará a esa edad, lo que se traduce en cerca de 538 millones de personas. Si ellas estuvieran activas laboralmente, en términos económicos significaría un aumento del PIB de la OCDE de US$ 2 billones", calcula.
Más interesante aún es el fenómeno que se produce en países como Islandia, Nueva Zelandia, Israel y Suecia, líderes en cuanto a empleabilidad senior, ya que se encuentran en los primeros cuatro lugares del ránking mundial. Dichas naciones sobresalen por poseer un mercado flexible, con incentivos financieros para empleadores que contratan a seniors, una política de capacitación fuerte en torno al cambio tecnológico, la introducción de fuertes medidas que castigan la discriminación etaria en el trabajo y el retraso de la jubilación. "Estimamos que de alcanzar los niveles de Suecia, por ejemplo, que ocupa el cuarto lugar del índice, Chile podría incrementar su PIB en 2,4% en el largo plazo", asegura Gatica.
Mujeres suben brecha de empleabilidad
Juan Bravo, economista seniors de Clapes Uc, agrega un dato que potencia la apuesta laboral por la tercera. A su juicio, si la tasa de ocupación de las mujeres chilenas, de entre 55 y 64 años, pasara a índices como el de Suecia, se crearían alrededor de 310 mil nuevos empleos en nuestro país, y el incremento del PIB sería de 0,9%, en términos globales.
"En el caso del segmento de 55 a 64 años, la ocupación total de Chile es de 63,8%, mientras que la de Suecia es de 75,6%. Esto se debe a la gran brecha que hay entre las mujeres chilenas y las del resto del mundo. La ocupación de mujeres de 55 a 64 años en nuestro país es de 47%, mientras que la de las suecas es de 73,6%", destaca.
Este cuadro se explica en gran medida porque la edad legal de jubilación es bastante menor en Chile respecto de lo que ocurre en los países desarrollados. "La edad de jubilación de 60 años de las mujeres chilenas es solo más alta que dos de los 34 países de la OCDE. En este grupo de países el promedio es de 63,1 años y en Suecia es de 65 años", detalla. Y si bien asegura que aumentar ese rango en las mujeres es necesario para mejorar los índices, lo cierto es que esto no puede ocurrir en la medida que no haya una reforma laboral profunda que permita mayor equidad.
La investigadora del ESE Business School de la Uandes, Cecilia Cifuentes, añade que una de las materias esenciales para florecer en la empleabilidad de la tercera y cuarta edad es postergar el tiempo de jubilación, ya sea en forma legal, a través de incentivos o ambos. Lo segundo es flexibilizar los sistemas de jubilación, de manera que la severidad de los mismos no impida o entorpezca seguir trabajando. "En Chile el sistema privado tiene esa flexibilidad, pero el pilar solidario no tiene incentivos para que el trabajador postergue la recepción del subsidio, lo que es factible de implementar", finaliza la economista.