Los traders profesionales suelen trabajar con stop loss casi invariablemente, en especial quienes utilizan sistemas de trading cuantitativos o automáticos.
Sala de Inversión.com Para gestionar el riesgo en las transacciones hay diversas herramientas que utilizan los operadores, uno de ellos es el stop loss. Sin embargo, hay detractores de este método, especialmente entre los inversores de largo plazo. ¿En qué casos conviene usarlo?
Este instrumento es un nivel de precios, que se define en forma anticipada, para cerrar una posición en caso de que su cotización se mueva en contra del operador. Cuando uno adquiere un activo, por ejemplo, es una orden de venta que se dispara automáticamente o en forma personal si cae por debajo de un determinado nivel.
Esto puede limitar un máximo de pérdida aceptable para la operación y, en muchos casos, también se utiliza para asegurar los beneficios obtenidos en una posición ventajosa, lo que se conoce como take gain (tomar ganancias).
Los traders profesionales suelen trabajar con stop loss casi invariablemente, en especial quienes utilizan sistemas de trading cuantitativos o automáticos. En estos casos, pueden ser tanto o más importantes que elaborar la estrategia de entrada. Con un mismo plan de compra, puede arrojar niveles de retorno muy diferentes según el punto de salida que se utilice.
No sólo su rentabilidad a lo largo del tiempo está en juego cuando se define este tipo de órdenes, sino también su propia viabilidad. Todos intercalan períodos ganadores y perdedores alternativamente, por lo que al usar esta herramienta y establecer el capital que uno está dispuesto a arriesgar en cada transacción, se definirá si el esquema podrá sobrevivir de manera aceptable cuando enfrente tiempos adversos.
El stop loss es necesario cuando se opera con altos niveles de apalancamiento. En estos casos, un movimiento pequeño en los precios de un activo puede tener un impacto de magnitud en los retornos del portafolio.
Siempre existe la posibilidad de un evento inesperado de mercado que puede producir aumentos en la volatilidad del mercado. Operar sin estas órdenes implica asumir el riesgo de que una oscilación no prevista produzca pérdidas inaceptables, lo que no se condice con el nivel de profesionalismo necesario para conseguir resultados sostenibles en el tiempo utilizando una estrategia de corto plazo.
Por otro lado, los inversores de largo plazo, ya sean individuales o profesionales, muchas veces negocian sin stop loss, lo cual no tiene ninguna implicancia negativa en términos de gestión de riesgos ya que compran activos que consideran subvaluados y, en la mayoría de los casos, no usan aplacamiento, por lo que no tienen necesidad de cerrar posiciones en un determinado nivel de precios.
Por el contrario, muchas veces cuentan con saldos de efectivo en su cuenta para aumentar su tenencia cuando su cotización cae. Lejos de ser una señal de venta, las bajadas son interpretadas como una oportunidad de compra. Esto no implica que carezcan de una estrategia de gestión de riesgos, por el contrario, la diversificación del portafolio es una de las herramientas principales que aplican para evitarlos.
Además, hay otras alternativas un poco más sofisticadas, pero igualmente efectivas, como tomar posiciones bajistas en activos que repliquen índices de mercado, para lo que se utilizan CFDs y contratos a futuro. Así, los beneficios obtenidos ayudan a amortiguar el impacto sobre el valor de la cartera en contextos negativos de los mercados.
También existen esquemas intermedios. Muchos operadores de mediano y largo plazo suelen usar stop loss selectivos, es decir, sólo en algunos casos puntuales. Cuando se invierte en un activo con mucho de potencial de ganancia, pero también con riesgos muy elevados, aplicar una orden en esa posición para acotar las posibilidades de pérdidas.
No existe ninguna garantía de que no vaya a caer por debajo de ese límite, disparando la señal de venta, para luego volver a subir dejando al operador fuera de la posición. Pero sirve como una especie de seguro contra eventuales contratiempos.
La conveniencia o no de utilizarlas dependerá de la estrategia de cada operador, sus objetivos de retornos y tolerancia al riesgo. Sin embargo, pueden establecerse algunos parámetros importantes para analizar la cuestión.
En casos de operaciones de corto plazo, con apalancamiento y utilizando sistemas cuantitativos de trading, el stop loss suele ser una herramienta necesaria. Quienes tienen horizontes más prolongados, en cambio, pueden prescindir de ellas especialmente si se centran en activos de alta calidad.