En el entorno mundial se preve se viviará en un contexto en el que disminuyen los obstáculos a la actividad de los exportadores de productos básicos en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
El Banco Mundial, en un informe hecho público este martes, asegura que tras los bajos niveles registrados el año pasado con posterioridad a la crisis, para 2017 se prevé un 2,7% de moderada aceleración en el crecimiento económico mundial, y determinó que Panamá crecerá 5,4% en el 2017 y 2018.
Estas cifras son más bajas del 6% que la entidad habia dado a conocer anteriormente para el crecimiento del país canalero que estaría recuperando el liderazgo de la región frente a República Dominicana al que se le atribuye un 4,5% para este año.
En el entorno mundial se preve se viviará en un contexto en el que disminuyen los obstáculos a la actividad de los exportadores de productos básicos en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, al tiempo que se mantiene sólida la demanda interna entre los importadores de productos básicos en los países emergentes y en desarrollo.
Según el informe del Banco Mundial de enero, Perspectivas económicas mundiales, en las economías avanzadas se espera que el crecimiento repunte hasta el 1,8 % en 2017. El estímulo fiscal en las principales economías —y, en particular, en Estados Unidos— podría generar un crecimiento interno y mundial más rápido que el previsto, aunque una creciente protección comercial podría tener efectos adversos.
Este año, el crecimiento en el conjunto de los mercados emergentes y las economías en desarrollo debería recuperarse hasta un 4,2 % —respecto del 3,4 % del año que acaba de finalizar—, con un aumento moderado de los precios de los productos básicos.
“Tras años de niveles desalentadores de crecimiento mundial, observamos esperanzados mejores perspectivas económicas para el futuro”, manifestó Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “Es el momento de aprovechar ese impulso e incrementar las inversiones en infraestructura y en las personas. Se trata de un paso esencial para acelerar el crecimiento económico sostenido e inclusivo necesario para poner fin a la pobreza extrema”.