La rebaja obedeció principalmente a un deterioro del entorno externo, que está afectando al vital sector exportador mexicano, ligando en gran medida a Estados Unidos.
El banco central de México recortó su pronóstico para el crecimiento económico del país para 2015, aunque está dispuesto a elevar la tasa clave de interés oportunamente para evitar presiones en la inflación, derivadas de las recientes pérdidas del peso.
La entidad monetaria dijo el miércoles que proyecta una expansión económica de entre 1,7% y 2,5% este año, un rango menor y más estrecho respecto a la estimación pasada de 2% y 3%.
"El comportamiento de la actividad económica de México ha sido débil en esta primera mitad del año", dijo el gobernador del Banco de México (central), Agustín Carstens, al presentar el informe trimestral de inflación.
La rebaja obedeció principalmente a un deterioro del entorno externo, que está afectando al vital sector exportador mexicano, ligando en gran medida a Estados Unidos.
El pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2016 permaneció en un rango de entre 2,5% y 3,5%.
En materia de inflación, el banco estimó que el índice general de precios permanecerá por debajo del 3% -el objetivo oficial- en lo que resta del año y cerca de ese nivel en 2016.
No obstante, el principal riesgo inflacionario se encuentra en que la depreciación que ha venido observando el peso aumente y se traslade a los precios de otros bienes.
Las autoridades financieras mexicanas reforzaron la semana pasada los mecanismos de intervención en el mercado cambiario, lo cual detuvo la caída de la moneda derivada principalmente de la incertidumbre sobre cuándo la Reserva Federal de Estados Unidos subirá su tasa de interés.
"Ahora estamos usando un poco más la intervención cambiaria, pero eso no limita ni niega que en algún momento tengamos que actuar en materia de tasas de interés", dijo el banquero.
"Dado que nuestro objetivo es la inflación, nosotros tenemos que actuar, independientemente de cuál sea su impacto sobre otras variables", agregó.
La inflación de México se desaceleró en julio a un nivel mínimo por tercer mes consecutivo, mostrando aún una escasa presión sobre los precios pese a la severa depreciación que ha registrado el peso.
El 30 de julio, el banco central dejó estable la tasa clave de interés en medio de un deterioro del panorama económico local, aunque advirtió que prevalece el riesgo de que la depreciación del peso contamine las expectativas inflacionarias.