No basta con extrapolar automáticamente hacia el futuro lo que ocurrió en el pasado sino que hay que analizar los diferentes factores.
Sala de Inversión. Las empresas de alto crecimiento, tienen una caracteristica, y es que sus acciones pueden generar retornos explosivos para los inversores a largo plazo.
Sin embargo, no basta con extrapolar automáticamente hacia el futuro lo que ocurrió en el pasado sino que hay que analizar los diferentes factores que lo produjeron para saber si podrán sostenerse en el tiempo.
Estas firmas suelen tener un potencial de ganancias superior al promedio debido a su capacidad para incrementar sus ventas y beneficio, aunque sus riesgos también son elevados.
En primer lugar, operan en sectores con alto contenido de innovación y están expuestas a un marco competitivo dinámico y cambiante. Además, cotizan a niveles de valuación exigentes, que reflejan las expectativas optimistas que existen sobre ellas.
En caso de que no se materialicen, es posible que el inversor termine pagando un precio elevado por un negocio que no pudo sostener sus tasas de crecimiento en el tiempo.
En algunos casos puede ser útil diferenciar entre el tamaño total del mercado y la participación del negocio que dispone la empresa ya que permite evaluar si su producto o servicio se encuentra o no cerca de alcanzar niveles de saturación, lo que implica una desaceleración en su expansión.
Cuando este es estable, por ejemplo en alimentos y bebidas en países desarrollados, la mayor parte de la mejora de la firma provendrá de aumentos en su market share.
A medida que la empresa alcanza una participación de mercado dominante, o agota su margen para desplazar a la competencia, el nivel de crecimiento de su negocio convergerá con el de la industria en general.
En otros casos, como en las tecnológicas o las farmacéuticas, pueden generar productos innovadores que sean disparadores de la creación de su propio mercado. Un nuevo medicamento o un dispositivo innovador pueden sostener tasas de expansión extraordinarias en la medida en que generan una demanda que no existía con anterioridad.
Sin embargo, en estos casos es importante monitorear de cerca la dinámica competitiva, en especial en lo que respecta a las patentes sobre tecnologías o medicamentos.
Generalmente, la competencia suele estar al acecho de las empresas innovadoras que capitalizan oportunidades de crecimiento atractivas, y es muy probable que intenten desarrollar productos similares con precios competitivos para ganar mercado frente a ellas.
En el caso de negocios tecnológicos, la disputa por las patentes de diferentes tecnologías y aplicaciones es un tema clave en el que suelen invertir grandes cantidades de recursos financieros y operativos. En muchos casos, puede resultar complejo diferenciar si un nuevo equipo infringe o no una existente, por lo que estos temas suelen resolverse en ámbitos judiciales.
En la industria farmacéutica, los límites son más claros y establecidos, por lo que el inversor debe ser consciente del impacto que puede tener el vencimiento de una de ellas sobre el poder de fijación de precios y la participación de mercado de la firma y prestar atención a la diferenciación entre cantidades vendidas y posicionamiento de valores.
Las firmas que operan en segmentos altos de precios suelen obtener mayores márgenes de rentabilidad, pero tienen que enfrentar limitaciones en términos de cantidades al posicionarse en un nicho de mercado determinado.
Desde este punto de vista, el potencial que pueden capitalizar no está dado únicamente por el sector en el que opera, sino también por su posibilidad de fijar precios dentro de su rubro.
En algunos casos, las ganancias de las empresas pueden crecer a un ritmo mayor que las ventas. En las pequeñas, los márgenes de beneficios tienden a aumentar a medida que lo hace su facturación, por los efectos positivos de distribuir los costos fijos en una mayor cantidad de unidades vendidas.
Por otro lado, la expansión de márgenes suele llegar a un límite a medida que el negocio madura, por lo tanto, no conviene extrapolarlos en forma ascendente durante plazos demasiados prolongados.
También, es posible reducir la cantidad de acciones en circulación mediante programas de recompra. Menor cantidad de papeles implica mayores ganancias por cada uno y permite incrementarlos a una tasa sensiblemente superior al crecimiento de sus ventas.
En estas circunstancias, es importante diferenciar entre las recompras de que se están financiadas con fondos propios y recurrentes de aquellas que se llevan a cabo con emisión de deuda. Tarde o temprano, una política de endeudamiento debe encontrar un límite para no incrementar el riesgo financiero de la compañía.